FUNDACION EVA PERÓN. Desde sus inicios hasta la muerte de Evita
FUNDACION EVA PERÓN. Desde sus inicios hasta la muerte de Evita. Noemí Castiñeiras Presidencia de la Nación. Secretaría de Cultura y Comunicación. Instituo Nacional de Investigaciones Históricas EVA PERÓN. 32 páginas. 34 fotografías del Archivo General de la Nación. Buenos Aires, Argentina, abril de 2001.
El Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón (I.N.I.H.E.P.) ha editado una serie de publicaciones todas ellas dedicadas a exclarecer y mostrar diversos aspectos de la vida de Eva Perón, así como del Movimiento Peronista que, publicadas bajo el auspicio de la Presidencia de la Nación y de la Secretaría de Cultura y Comunicación, permite conocer de una manera oficial más datos sobre la vida y la obra de Eva Perón, así como del Movimiento Peronista en el momento en que se creó. Los cuatro libros que vamos a presentar en estas páginas se introducen con un prólogo general idéntico para los cuatro con la variación del último párrafo que se concreta en el libro en que está escrito. El mencionado prefacio viene firmado por la Arq. Cristina Alvarez Rodríguez, Presidenta del I.N.I.H.E.P. y sobrina-nieta de Eva Perón y que transcribimos a continuación.
P R E F A C I O
Evita está viva hoy, en el nuevo milenio.
Ella es una presencia que toca el alma de cada argentino más allá de ideologías políticas, odios y amores de los que fue carne.
Por sobre la pampa húmeda, esta mujer se erige como una reivindicación, un grito de guerra. La nota que rompe los cristales del esquematismo y la impotencia de tantas mujeres, hombres y niños que en ella vieron la esperanza. Dueña de trabajo exhaustivo, del horario sin descanso, del dolor de su pueblo y de la necesidad de dignificar a la mujer con la oportunidad del voto.
Del sueño al hecho... empecinada y tenaz, luchadora, muro duro de demoler. El no, no entraba en su léxico (que aunque algunos lo denominaban escaso y burdo, sobraba para comunicarse con aquellos que amaba).
En La Razón de mi Vida proponía que “si los cuerdos habían gobernado por tanto tiempo y estábamos tan mal, sería bueno darles una oportunidad a los idealistas como ella para variar la historia...”
Y como predicción anunciaba a las mujeres “... el siglo XX no sería recordado por la energía atómica sino como el siglo del feminismo triunfante”.
Evita, como le gustaba que la llamaran. ¿Mito o realidad?
Es nuestro desafío develar, repensar y debatir quién fue esta mujer que estuvo 33 años con nosotros y aún hoy, 49 años después de su muerte, con 17 años de secuestro, ultraje y desaparición de su cuerpo, con sólo 7 años de intensa labor de gobierno puede movilizar fuerzas más allá de nuestras fronteras, para recrear en nosotros la identificación con ese patrimonio que constituye el “Ser Argentinos”.
Al publicar “FUNDACION EVA PERÓN. Desde sus inicios hasta la muerte de Evita”, de Noemí Castiñeiras, el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, espera acercar al lector a su vida, obra e ideario, como contribución a ese desafío.
ARQ. CRISTINA ALVAREZ RODRÍGUEZ Presidenta I.N.I.H.E.P
Si estás interesado, puedes solicitar la documentación al I.N.I.H.E.P escribiendo a: ievaperon@uol.com.ar
Noemí Castiñeiras expone en este libro todo lo referente a la obra social que realizara Evita y que culminó en la Fundación Eva Perón. Presentamos aquí una parte del libro en la que se explica que el hecho tan contado en todas las biografías de Eva Perón, de que fue ella quien disolvió la Sociedad de Beneficencia, parte del libro de Mary Main "La mujer del látigo: Eva Perón".
De la beneficiencia a la justicia social
La comprensión de la acción social realizada por Evita en el marco general de la obra del primer gobierno peronista y, particularmente, desde la Fundación Eva Perón debe necesariamente remitirnos al significado del giro producido entonces en materia de política social, encuadrado “dentro de la tendencia de los gobiernos surgidos de la Revolución del 4 de junio de 1943 a modernizar, reestructurar y ampliar el aparato estatal, estableciendo un mayor control sobre algunas instituciones y también poniendo en práctica una política social esencialmente opuesta a la que existía hasta ese momento” (1).
La era de la política social argentina iniciada por Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y que signó su posterior gestión gubernativa, permaneció indisolublemente ligada al nombre de Evita.
En principio, no debía extrañar que la Primera Dama incursionara en el ámbito de la “asistencia social”. Todas lo habían hecho.
Siendo considerado un espacio de privilegio para la manifestación de las “hermosas cualidades que posee el bello sexo en grado eminente”, las instituciones de esta órbita fueron confiadas desde sus inicios a las damas de la sociedad porteña.
El decreto de creación de la Sociedad de Beneficencia, del 2 de enero de 1823, les confiaba “la dirección e inspección de las escuelas de niñas, de la casa de expósitos, de la casa de partos públicos y ocultos, hospitales de mujeres, colegio de huérfanas y de todo establecimiento público dirigido al bien de los individuos de este sexo”.
El objeto primordial que guió entonces al gobierno - “la perfección de la moral, el cultivo del espíritu en el bello sexo y la dedicación del mismo a lo que se llama industria” (2) - se vio ampliado con el correr de los años, haciéndose cargo la Sociedad de Institutos de Minoridad y Centros de Salud de ambos sexos.
La trayectoria de esta institución, que contaba para su funcionamiento con donaciones, subvenciones del Estado (3) y producidos de colectas y eventos sociales, no estuvo exenta de conflictos con sus empleados, que percibían magros salarios y trabajaban sin descanso acorde (4).
El tema fue puesto en el tapete a poco de llegado el peronismo al poder. El 14 de junio de 1946, doscientos empleados de la Sociedad de Beneficencia firman un memorial en el que exponen su situación. Pocos días después, la cuestión quedó instalada en el Senado, donde el senador Diego Luis Molinari introdujo un pedido de intervención, transmitido el 25 de julio al Poder Ejecutivo.
Como bien manifiesta Marysa Navarro, “todas estas instituciones se adecuaban a la Argentina preperonista, pero eran un anacronismo, una contradicción profunda en la sociedad que se va gestando a partir del ascenso de Perón al gobierno.” (5)
Así, el decreto 94 14/46 declaró intervenida a la Sociedad de Beneficencia de la Capital, “a fin de reestructurar su organización y ajustar su funcionamiento a las normas técnicas y principios de asistencia y previsión social” que inspiraban la política gubernamental, siendo designado interventor el Dr. Armando Méndez San Martín.
La oposición vinculó este hecho con Eva Perón, atribuyéndole haber sido factor determinante en la decisión del ejecutivo, despechada por el rechazo de que era objeto por parte de las damas de la Sociedad. El relato de Mary Main, profusamente repetido y que ha servido de base a mucha literatura, es suficientemente ejemplificador de la versión:
“La costumbre había establecido que la mujer del presidente fuera designada presidenta honoraria de la Sociedad.
Cuando Perón ascendió al poder las buenas señoras se encontraron frente a un dilema, ya que les resultaba imposible nombrar presidenta a esa mujer. Hubiera establecido una relación social entre ellas y Eva pertenecía a esa clase de personas que debían haber estado entre aquellos que recibían caridad y no entre los que la administran. No, era absurdo pensarlo siquiera, de manera que no se movieron.
Eva no permitió que pasaran sobre ella y les hizo preguntar las razones que las habían llevado a no ofrecerle la presidencia. Le respondieron, con esa amabilidad nunca desmentida, que era demasiado joven y que su organización exigía la dirección de personas de mayor madurez.
Eva les propuso que designaran a su madre, doña Juana, una sugestión que nos hace atribuirle bastante sentido del humor.
Las señoras se indignaron ante la sugerencia y ni siquiera el maleable cardenal Copello, a quien recurrió Eva, pudo hacerlas cambiar de actitud (...)
El desaire tuvo unas consecuencias que esas damas, durante tanto tiempo en posiciones inexpugnables, no podían haber previsto. Eva decidió eliminarías y destruir la Sociedad y en su furia destructora planeó su propia institución de beneficencia (...)” (6).
En rigor, como hemos visto, la suerte de la tradicional institución estaba conceptualmente sellada desde 1943, es decir mucho tiempo antes de que Evita pudiera tener injerencia alguna. La beneficencia, tal como se la concebía y practicaba hasta entonces en nuestro país tocaba a su fin para dar paso a la justicia social.
NOTAS
1. Navarro, Marysa: "Evita", pág.239.
2. Acta de Instalación de la Sociedad de Beneficiencia. Bs.As., 12 de abril de 1823.
3. De los $ 17.130.839 dedicados a la asistencia social en el Presupuesto de 1938, $ 9.989.890 correspondieron a la Sociedad de Beneficencia. En 1946 recibió del Presupuesto Nacional la suma de $21.889.406 para sueldos y gastos administrativos.
4. Véase Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, año 1939.
5. Navarro, Marysa: op.cit.pág.242
6. Main, Mary: "La mujer del látigo: Eva Perón", pág. 71/2. Página 102 en la versión inglesa del libro que presentamos aquí
Esta página se ha podido realizar gracias a la Lic. Carolina Barry, Miembro de Número - Investigadora del I.N.I.H.E.P quien muy cortesmente me ha enviado este libro y tres más que podrás ver en páginas sucesivas.
Consulta más abajo en Bibliografía.
Introducción
Eva Duarte 1919-1943
Eva Perón 1944-1947
Evita 1947-1952
Cronología básica
Eva Duarte de Perón
Retrato de Eva Perón
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