DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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De James Lescott, escritor, autor de The Fifties in Pictures ( Los 50 en Fotografías ), editorial Parragon Books Ltd, Reino Unido, traducción Raquel Valle Bosch, Equipo de Edición, S.L., Barcelona, España, 256 páginas, con numerosas fotografías, año 2008:

Su muerte de cáncer a los 33 años se lloró en toda Argentina, donde había sido una de las figuras políticas más influyentes de los últimos años.

Sin duda, en tanto que " lider espiritual de la nación " durante el segundo mandato presidencial de su esposo, fue tan poderosa como él, recibiendo el apoyo de los sindicatos, la Fundación Eva Perón y el Partido Peronista Femenino.

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Del Diccionario biográfico, histórico y geográfico argentino El Ateneo, editorial El Ateneo, Buenos Aires, 425 páginas, con ilustraciones, año 1997:

María Eva Duarte de Perón ( 1919 - 1952 ), Evita, política argentina, esposa de Juan Domingo Perón fue en sus comienzos actriz y luego colaboró activamente con el ideario y la obra de gobierno de su esposo. Presidió la Fundación Eva Perón, creada el 19 de junio de 1948 y destinada a promover obras de ayuda social, especialmente en favor de las familias de escasos recursos, la niñez y la ancianidad.

Por su gestión fue implantado en el país el voto femenino. Alentó también las actividades de la rama femenina del Movimiento Peronista.

En 1952 se vio obligada a resignar su candidatura a la vicepresidencia de la Nación ( acompañando a su marido en la fórmula ), en parte por sus graves problemas de salud y en parte por presión de sectores militares. Falleció el 26 de julio de 1952.

Juan Domingo Perón ( 1895 - 1974 ) fue un militar y político argentino que inició su carrera política como secretario del Departamento Nacional de Trabajo que, desde 1944, se denominó Secretaría de Trabajo y Previsión. En este cargo desarrolló un programa de gran resonancia en los sectores populares. Tras el frustrado intento de encarcelarlo, fue rescatado por un movimiento popular el 17 de octubre de 1945. Ocupó los cargos de ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación. Acompañado por el Dr. Hortensio Quijano triunfó en las elecciones presidenciales para el período 1946 - 1952 sobre una coalición de partidos. Durante ese período y en parte del siguiente ( 1952 - 1955 ) para el que fue reelecto, mediante una reforma constitucional muy cuestionada, el general Perón intentó la puesta en práctica de tres principios básicos de su doctrina política: la independencia económica, la soberanía política y la justicia social. Parte de su poder estaba basado en el apoyo de un sindicalismo muy fuerte. En dos planes quinquenales desarrolló un programa tendiente a suplir carencias en el orden de la educación, de la vivienda y la industria, al tiempo que emprendía la nacionalización de los servicios públicos. El 16 de setiembre de 1955 fue depuesto por un movimiento cívico - militar y se exilió primeramente en Paraguay, posteriormente en Venezuela y Santo Domingo, y por último en España. Luego de un frustrado intento de retornar a su país el 2 de diciembre de 1964, pudo hacerlo el 17 de noviembre de 1972, previo el levantamiento oficial de las sanciones que pesaban contra él. Desde el 20 de junio de 1973, regreso definitivo, vivió en la Argentina. Por renuncia del presidente elegido, Dr. Héctor José Campora, quien había asumido por el Frente Justicialista de Liberación Nacional ( FREJULI ) para pasarle el poder a Perón, se realizaron nuevas elecciones y en ellas obtuvo el 62 % de los votos emitidos la fórmula que Perón encabezó junto a su tercera esposa, María Estela Martínez Cartas, como vicepresidenta de la Nación. Durante su gobierno propició la instauración de un " pacto social " entre las organizaciones de trabajadores, las de empresarios y el Estado; concretó el ingreso de la Argentina en la Organización de Países no Alineados, conocidos como " países del Tercer Mundo ", y estableció las bases para una política más activa de integración latinoamericana. Murió el 1° de julio de 1974 en ejercicio de la presidencia y asumió su esposa, dominada por un oscuro personaje, José López Rega ( 1916 - 1989 ), que había ejercido su influencia sobre la última etapa de la vida de Perón.

Nota:

Rubén Bortnik, escritor, autor de Historia elemental de los argentinos, editorial Corregidor, Buenos Aires, 480 páginas, año 2008, destaca que:

Cuando Perón llegó al poder en 1946, su respaldo estaba dado por el Partido Laborista, la Unión Cívica Radical Junta Renovadora y sectores independientes. La falta de una postura coherente en este conglomerado llevó a Perón a disolver bien pronto estos partidos, dando nacimiento entonces al Partido Peronista.

En realidad la estructura de este partido era relativamente débil, ya que era dirigido por una burguesía sin base ideológica. Todo reposaba en la figura de Perón y de su esposa, Eva Perón, de innegable prestigio entre los trabajadores y protagonista en las jornadas de octubre de 1945.

Los trabajadores votaban a Perón, no a su partido, que vióse obligado entonces a utilizar el slogan electoral " Vote a Perón votando a sus candidatos ", lo que era perfectamente explicable ya que el partido oficial fue organizado sobre la marcha, " de arriba hacia abajo " y sin una ideología acorde con las sensibles transformaciones que sufría el mundo. Acaso la mejor prueba era la figura del presidente del Partido Peronista, el contraalmirante Alberto Teisaire, quien lo manejaba rodeado de un grupo de aventureros que sólo aspiraban a beneficiarse.

Estos aventureros estaban a la sombra del prestigio enorme de la figura de Perón. Eran repudiados dentro y fuera del peronismo, pero bastaba la orden de Perón para que ese repudio cediera el paso a la disciplina. El propio Teisaire, al postularse como candidato a vicepresidente de la Nación por el Partido Justicialista en 1954, obtiene el 63,2 % de los sufragios frente al 31, 6 % del radicalismo, pese a que el partido radical llevó un candidato que gozaba de simpatías en distintos sectores, incluído el peronismo: Crisólogo Larralde. Eran, obviamente, votos a Perón y no del candidato. Desde el punto de vista electoral, esta era una originalidad del peronismo, puede decirse que invariable.

La CGT ( Confederación General del Trabajo ) fue durante todo el período peronista ( 1946 - 1955 ) una poderosa organización que de 200.000 afiliados que tenía en 1943 llegó a pasar los 6.000.000 de afiliados al promediar el gobierno peronista.

La Central Obrera obtuvo durante ese período innumerables concesiones y sus representantes llegaron a ser diputados y aun ministros. Pero la dependencia de la CGT del gobierno y de las actitudes no revolucionarias de su burocracia dirigente menguaron su capacidad de lucha y redujeron la posibilidad de un respaldo que, para el propio Perón, sería indispensable.

La CGT se movía al impulso de las necesidades políticas del gobierno que si bien en general eran coincidentes con las de los trabajadores, no siempre ello era así.

El crecimiento de la CGT y de los gremios y la circunstancia de que el mismo se había verificado no como un producto de la actividad de los trabajadores, sino de la política paternalista ejercida por el gobierno de Perón, dio como resultado práctico una clase de dirigentes más vinculada al Estado que a la clase obrera. La falta de popularidad de este tipo de dirigentes evidenciaba un contraste significativo con el enorme carisma de que en seno de la clase trabajadora gozaban Evita y Perón.

Este hecho resultaría negativo para el futuro de la experiencia peronista, ya que a medida que aquella experiencia avanzaba y los beneficios para las bases obreras aumentaban, los dirigentes se aposentaban en sus despachos y se alejaban paulatinamente de su función natural. Eso contribuía a que la movilización de las masas, característica destacada de todo el proceso peronista, no excediera las reglas de juego sintetizadas en una frase frecuentemente utilizada por Perón: " de casa al trabajo y del trabajo a casa ".

Los más grandes sindicatos de la industria, creados entre los años 1945 y 1947, fueron obteniendo durante la gestión peronista significativas mejoras, traducidas fundamentalmente en elevación del poder adquisitivo del salario, creación de obras sociales, vivienda, etc. Es cierto también que todo este progreso de orden material era producto de la promoción oficial y sólo en escasas oportunidades de la gestión de los dirigentes sindicales.

Este oficialismo debilitaba objetivamente un andar propio por parte de las bases obreras y es por eso que cuando las circunstancias de orden general llevan al régimen peronista al colapso, los hechos muestran de parte de la CGT una impotencia para actuar con eficacia en defensa del gobierno que la había prohijado.

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De Miguel Angel Barrios, profesor de Historia, doctor en Ciencias de la Educación, posgrado en Historia Política Argentina, magíster en Sociología, escritor, autor del libro El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte, editorial Biblos, Buenos Aires, 255 páginas, año 2007:

El estudio de las ideologías o pensamiento constituye la respuesta a las tensiones emergentes de la situación política, económica, social y cultural de una época en cuestión. Es decir, no podemos perder de vista en el plano metodológico la variada y constante interacción que se produce entre las ideas y la realidad.

Las " tensiones " o " situaciones " de las controversias argentinas en los momentos previos a la aparición del peronismo como fenómeno político en la Argentina de la década del 40 serán:

a ) De orden internacional: los conflictos en torno a la finalización de la Segunda Guerra Mundial y la iniciación de un nuevo escenario caracterizado por la conformación de dos bloques extraeuropeos: Estados Unidos y la Unión Soviética, traen como resultado inmediato la particularidad de que, por primera vez desde el 1500 - inicio de la modernidad globalizadora -, Europa pasa a ocupar un segundo plano. La crisis mundial produjo en el plano político interno un conflicto con relación al rol que debía jugar la Argentina ante la Segunda Guerra Mundial resumido bajo el rótulo de " neutralistas " y " rupturistas ".

b ) De orden socioeconómico: toma cuerpo cotidiano la discusión sobre las cuestiones relativas al crecimiento económico, de la independencia de recursos y de su distribución. Las respuesta de esta tensión se manifiesta en dos sectores: los que cuestionan la viabilidad de la Argentina agroexportadora pregonando la necesidad de impulsar una política industrial contra los que apoyaban exclusivamente el perfil agroexportador del país.

c ) De orden institucional: la polémica se suscita sobre los límites y los alcances del poder político.

Estas tres " tensiones " no constituyen una mera construcción auxiliar, en realidad son " focos " problemáticos de la Argentina del 40 y el 50.

En la Argentina el peronismo surge como movimiento político tratando de brindar las respuestas a las " tensiones " del país que fueron enumeradas. Corresponde interrogarse sobre qué significó el peronismo, cuáles eran sus rasgos esenciales, si constituía un fenómeno devenido de los totalitarismos europeos, si expresaba un movimiento nacional - popular.

Con el primer problema que nos encontramos es con aquella simplificación de conceptualizar el peronismo como un subproducto del fascismo y del nazismo porque nos remite a un análisis mecánico y acrítico de la realidad europea hacia América Latina. Además, el abuso con que se utilizan como sinónimos dos fenómenos diferentes conduce a una definición vacía y peyorativa del término. El fascismo es un fenómeno que se da en un país industrial desarrollado, es provocado por una severa crisis socio económica; surge como respuesta a una clase obrera numerosa y organizada; su apoyo masivo proviene de una pequeña burguesía y sectores medios politizados, amenazados y temerosos; construye una alianza entre los dirigentes del partido fascista y las élites tradicionales de la banca, la industria, la burocracia y el Ejército ". Sin embargo, en la Argentina, el partido único totalitario no se dio como en Europa y nunca se dispuso la disolución de los partidos políticos opositores como en Italia y Alemania.

Incorporaremos al peronismo como un representante de los regímenes populistas o nacional - populares aparecidos en América Latina. El peronismo, como la mayoría de los populismos latinoamericanos, enfatizó el papel del Estado como empleador y creador de fuentes de trabajo, impulsó una política de industrialización por vía de la sustitución de importaciones, enarboló las banderas del nacionalismo latinoamericano y todo ello concluyó en la formación de un movimiento nacional policlasista organizado " desde arriba hacia abajo " bajo el liderazgo de un dirigente.

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De Oscar González Oro," el negro Oro ", periodista, conductor radial y escritor, autor del libro Radiografía de mi país, editorial Planeta, Buenos Aires, 368 páginas, año 2009:

" Tarde, pero temprano " se convirtió en un programa radial que derivó en un ciclo de entrevistas por el que pasó el país entero. Contaba con cuatro horas diarias ( de 21 a 1 de la mañana ) para utilizarlas en extensos reportajes, si yo quería podía contar con más tiempo todavía porque más de una vez la conversación con mi invitado de turno era tan intensa que nos excedíamos más allá de la 1.

Durante toda mi adolescencia tanto mi familia como mis amigos se habían dedicado a enseñarme a odiar a Perón. Sistemáticamente. Nadie consiguió esgrimir razones demasiado convincentes, o por lo menos que lo fueran para mí, pero debo decir que lo intentaron. Sin embargo, sus estrategias fueron en vano porque yo nunca lo odié. Es más, no sólo no lo odié sino que de algún modo lo apreciaba, al punto de haber llorado su muerte. Nunca fui peronista. Debo reconocer que la figura de Perón despierta en mí un sentimiento contradictorio, una especie de cariño por el hombre, una especie de respeto por su figura mucho más allá, muchísimo más allá de su personalidad política. Años después, analizando aquella tristeza que me provocó su fallecimiento, llegué a la conclusión de que había llorado su muerte porque intuía que su desaparición traería aparejada una terrible inflexión para la Argentina, seguramente la lloré porque, a pesar de mis discrepancias con muchos de sus métodos, en el fondo sabía que estábamos despidiendo al último líder carismático que tendríamos en mucho tiempo. Lo único que no entendí y aún sigo sin entender del general Perón es porqué, en un momento en el que se lo necesitaba tanto, dejó todo en manos de un grupo de gente que no estaba capacitada para conducir la Argentina. No comprendí cómo pudo darle poder a un hombre como José López Rega y tampoco entiendo porqué la puso a Isabel como candidata, sabiendo que él estaba enfermo y que a ella, tarde o temprano, la iban a echar por incapaz. La muerte de Perón me asustó porque me dí cuenta de que el país estaba cada día más violento y que nos quedábamos sin el hombre que debía conducir esa violencia. Sin el jefe, sin el gran gobernante, sin el general competente para decir " la violencia es para este lado ". Por supuesto que a Isabel no la respetaban ni los gremios ni los políticos ni los militares. Así terminó. Así terminamos.

La visita de Paco Jamandreu fue uno de los momentos cumbre del programa " Tarde, pero temprano ". Al momento de recibirlo más o menos sabía que había sido el modisto de Eva Perón y que había tenido una relación muy cercana con el poder en los años 40 y 50, pero tampoco manejaba demasiados datos sobre su derrotero porque una de mis reglas es jamás informarme previamente sobre el entrevistado. Obviamente soy un hombre informado, pero nunca fui un obsesivo que quisiera saberlo todo sobre la figura de turno. Prefería en todo caso, enterarme de determinadas cosas de primera mano, de boca de la fuente más confiable, es decir del propio interpelado. Es por eso que para sentir que vale la pena entrevistar a alguien necesito tiempo como para descubrir su vida poco a poco, con la mayor cantidad de detalles posibles.

Sabía que Paco Jamandreu ( 1925 - 1995 ) había sido modisto de Evita pero aquella noche descubrí al hombre que se escondía detrás de la leyenda, a un señor mayor muy pícaro, de un humor punzante que a esa altura de su vida se cagaba en su homosexualidad y lo manifestaba abiertamente. Me contó, por ejemplo, que en su momento usaba un auto oficial para ir a hacer sus levantes a Avellaneda, que tenía un chofer que no decía nada y que noche por medio se traía a dos o tres tipos a un palacete que tenía sobre la calle Córdoba y que Evita lo puteaba por usar esos coches para salir a loquear pero que al mismo tiempo le perdonaba todo. Paco Jamandreu sentía por Evita una admiración que iba mucho más allá de la amistad, no sólo amaba a Eva Perón sino que le hubiera gustado ser ella, no tengo duda de que fue así.

Paco Jamandreu además de haber sido su modisto era también una especie de asistente. Era el hombre que custodiaba su imagen y el que soportaba los exabruptos de Eva cuando le sugería ponerse algo que a ella no le gustaba. Aquella noche Paco me habló de las hermanas Guardo, que eran las que le enseñaban modales a Eva Perón, algo que yo no sabía. También me contó que años después las mismas hermanas abrieron un local que vendía tortas y postres artesanales en Belgrano, " Las tortas de Mamía ", en calle Soldado de la Independencia 1177 y que era el mejor lugar para comprar tortas en todo Buenos Aires. Me contó cómo era la relación de las hermanas Guardo con Evita, me relató con lujo de detalles cómo le enseñaron a caminar correctamente, en qué copa se tomaba el vino blanco y en cuál otra el vino tinto, en qué copa debía servirse el agua, la prepararon para que se vistiera con elegancia, la disciplinaron en su lenguaje. Evita las respetaba y las estimaba. También que Evita se enojaba con la gente que integraba las sociedades de beneficencia de aquélla época, es decir, con las damas patricias de la ciudad, todas " señoras bien " cuyas conductas y comportamientos vivían en eterno cortocircuito con los de Eva. Para ser justos, lo cierto es que estas mujeres de la oligarquía trataban muy mal a Evita, situación que, según Paco Jamandreu, comenzó a mejorar a partir del ingreso de las hermanas Guardo en su vida. De alguna manera fueron las embajadoras sin cartera que inscribieron a Evita en un círculo aristocrático al que no hubiera podido acceder sin sus enseñanzas.

A través de aquellas anécdotas de Paco conocí a una Evita querible y muy sensible, a una mujer distinta de aquella que tenía en el recuerdo, una Eva fanática hasta la locura de su proyecto social, algo que yo sospechaba y que esa noche estaba confirmado de buenísima fuente gracias al relato de uno de sus laderos más emblemáticos. No soporto a los tibios, prefiero a un fanático, a uno de izquierda o de derecha, no me importa, puede ser un fanático de la política, del sexo, de la música, de lo que sea. Eva Perón fue, lo confirmé después de aquella entrevista con Paco Jamandreu, una verdadera fanática de sus proyectos, una mujer que asumió el poder que implicaba ser la esposa nada menos que de Juan Domingo Perón y que tuvo los ovarios suficientes como para ejercerlo, una mujer con una educación insuficiente y ordinaria que a pesar del fastidio que le provocaba se propuso optimizar sus modales para así poder ingresar en la nobleza argentina y poner en marcha sus ideales, que incluían ni más ni menos que luchar por la igualdad social. Esas cosas de Evita, ese fanatismo y esa fuerza para ver realizados sus deseos realizados me conmovieron especialmente.

Escuchar la voz de Paco Jamandreu humedecida por los recuerdos sobre Evita, tener la suerte de tenerlo enfrente de mí y verlo emocionarse al contarlos fue un privilegio enorme, uno de los mayores que tuve en mi carrera radial. Tengo una foto suya en mi casa; se lo ve chiquito y gracioso, sumamente coqueto, pantalón verde, saco rojo, y peluquín con flequillo. Solamente él y el modisto Gino Bogani podían ponerse esa ropa. Sin embargo, su perfil no era para nada grotesco porque llevaba su aspecto con mucha personalidad y naturalidad. Volví a hablar con él varias veces después de aquella entrevista en extensas conversaciones telefónicas, algunas pocos días antes de su muerte. Aquella entrevista fue la última que realizó.

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Del Dr. Félix Borgonovo, ex embajador de la República Argentina ante Italia y Secretario Legal y Técnico de Presidencia de la Nación:

Se ha dicho que la historia es una larga memoria. Es en verdad una manifestación de solidaridad con el pasado, pues el presente lo lleva como una inseparable mochila de sueños e irrenunciadas esperanzas. Recordar es una forma de justicia póstuma.

Un movimiento que mantiene, y aun incrementa, su vitalidad transformadora de la sociedad argentina, no merece recordar a sus fundadores en la sola nostalgia de sus muertes, porque no hay duda que lo importante, lo trascendental y lo histórico de Juan Domingo Perón y Evita Perón fueron sus vidas.

La conjunción de Perón con Evita dio como resultado una relación signada por el equilibrio. Ambos se complementaban, y las virtudes de sus ideales, apoyaba la decisión irrevocable de Perón de servir hasta el fin a la causa del pueblo.

Pero aquella relación de equilibrio de Eva Perón y Perón comenzó con un tremendo terremoto. Las grandes pasiones arracan súbitamente, impulsada por un amor impetuoso e irrefrenable. Así comenzó el connubio de Eva y Perón. Los dos creyeron con fervor religioso en las posibilidades del ser argentino.

Construyeron todo un andamiaje social profundamente humano, basado en la salud y en la educación de los niños, de los trabajadores y de los ancianos. De un modo u otro, ambos quedaron anidados en el consciente o subconsciente de cada uno de nosotros como la pareja única e irrepetible por su amor a los argentinos.

Cuando llegué a Roma, en la década del 90, con la misión encomendada de representar a nuestra Patria ante la República de Italia, y me instalé en la Residencia Argentina, en la Piazza Esquilino, recordé que allí se alojó Eva Perón en 1947. Es decir, en la propia Embajada, pues curiosamente en toda su gira se hospedó en hoteles, en Madrid, en Lisboa, en París, en Berna; pero nunca en las sedes de las Embajadas Argentinas.

Cautivado por los recuerdos, busqué la habitación donde pernoctó, los muebles, y he podido rehacer con la cama, la cómoda y las sillas, el dormitorio que utilizó Eva, engalanado ahora con fotos y publicaciones de la época.

Eva Perón recibió en la residencia al Nuncio Apostólico Papal ante el gobierno de Italia, Monseñor Borgocini Duca, y al entonces Primer Ministro Alcides de Gasperi, desde allí salió para las visitas protocolares al Santo Padre, Pío XII, al presidente de Italia y a los altos funcionarios.

Es difícil explicar por qué Eva decidió alojarse en la Embajada. Recogí, sin embargo, una rara coincidencia. En la misma Piazza Esquilino se conserva un edificio viejo, donde en una modesta pensión que aún existe, vivió un joven militar argentino, Juan Domingo Perón, destacado por nuestro Ejército en Italia varios años atrás.

Nota:

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Del Auditorio Fundación Eva Perón, Buenos Aires, Argentina:

El Auditorio Fundación Eva Perón, ubicado en calle Tucumán 612, Piso 10, en el microcentro de Buenos Aires, conserva el patrimonio cultural de Eva Perón.

Se pueden ver en este interesantísimo lugar los vestidos usados por Evita, libros, fotografías, filmes documentales, y conocer la obra de ayuda social de la Fundación Eva Perón. El Auditorio posee servicio de cafetería, zona wi fi, merchandising. La entrada es libre y gratuita.

Nota:

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De la Dra. Alicia Pierini, abogada, docente, Subsecretaria Nacional de Derechos Humanos y Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires:

¿ Qué otra cosa fue el 17 de octubre de 1945 que una marcha por los derechos humanos ? y ¿ cuál era la concepción que tenía el peronismo al reivindicar la libertad de un preso político que era Perón ?, no desde la libertad individual, sino que en esa libertad individual estaba inmerso el conjunto de las libertades del pueblo y de la dignidad del pueblo. Esta es la manera de cómo nosotros vemos los derechos humanos. Lo vemos como una parte, como una nominación del conjunto de los derechos.

El 10 de diciembre de 1948 se firma la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en enero de 1949 comienza en nuestro país la Asamblea Constituyente que dio lugar a la Reforma Constitucional que incorpora, en el más alto nivel normativo, los derechos humanos desde la mirada social que es la mirada del peronismo. Esa Constitución del 49 incorpora los derechos del trabajador, los derechos de la mujer, los de derechos de la infancia, los derechos de la ancianidad, los derechos de la familia y la cultura. Todo ello está en el pensamiento de Perón sobre la idea de integración americana, es decir, de los derechos de los pueblos.

Evita, que decía claramente " donde hay una necesidad hay un derecho ", no hablaba de derechos humanos, hacía derechos humanos. Evita y Perón se referían a los derechos humanos desde otro idioma, desde otro lenguaje, porque las palabras derechos humanos, en realidad, entran en el lenguaje popular en nuestro país después de la gran tragedia de las dictaduras militares de1976 a 1983. Quiero reinvindicar para la historia de los derechos humanos la historia del movimiento peronista, empezando por su gran marcha de los derechos humanos que es la marcha del 45, siguiendo por la gran institucionalización que significa la reforma Constitucional de 1949 y siguiendo además por la fuerza de esa inconmensurable defensora de los derechos que fue la compañera Evita.

Si hablásemos en lenguaje de hoy, diríamos: " Evita fue la primera desaparecida ". No la podían soportar los enemigos del peronismo ni siquiera muerta, por eso secuestraron su cadáver y lo mantuvieron desaparecido durante 16 años.

Hemos logrado estar a la altura de las máximas recomendaciones de las Naciones Unidas y ser pioneros en el continente en materia de reparación histórica, y hemos trabajado intensamente en fenómenos inéditos en el resto de América como por ejemplo el secuestro y la sustracción de hijos de desaparecidos.

Los derechos humanos no sólo son derechos de libertades individuales, tienen que ver con un pasado y con un futuro, son fundamentalmente el conjunto de los derechos del pueblo.

Reivindicar la frase de Evita: " donde hay una necesidad hay un derecho ", el tema de los derechos humanos es un tema popular y en material de popular nada es más popular que el peronismo.

Nota:

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De El Nuevo Empresario, periódico de negocios de la República del Ecuador, América del Sur, fundado por el Dr. Héctor Villagrán Cepeda:

Mediante un decreto el Gobierno argentino designó a Eva Perón como Mujer del Bicentenario.

La dignataria argentina, Cristina Fernández, le otorgó el título a Eva Perón, mujer reconocida históricamente como la figura más emblemática del peronismo.

La Mujer del Bicentenario ha sido la única primera dama en la historia del país con tanta popularidad, que logró, entre otros proyectos, que fuese aprobado el voto de la mujer. El nombramiento de Evita responde a los 200 años de la independencia argentina, fecha en que se conformó el primer Gobierno que rompió con los lineamientos de la corona española.

Esta declaración de Eva Perón como Mujer del Bicentenario tiene un valor emblemático, está lejos de cualquier connotación ideológica o partidaria, ya que nadie puede dejar de reconocer el rol histórico que esta mujer ha cumplido en nuestro país y el mundo, expresó Cristina Fernández.

Evita falleció a los 33 años, el 26 de julio de 1952, producto de un cáncer.

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De Ernesto López, sociólogo, docente universitario, especialista en temas de defensa, seguridad nacional e internacional y en relaciones cívico - militares, escritor, autor del libro El primer Perón - El militar antes que el político, de la serie Los otros militares, colección Le Monde Diplomatique, ediciones Capital Intelectual, Buenos Aires, 176 páginas, año 2009:

El ilimitado afán de borrar del mapa el fenomeno peronista sin escatimar violencias ni reparar en medios es lo que más rápidamente revela la naturaleza alternativa del primer peronismo.

Permítaseme una rápida pero densa enumeración: intento frustrado de magnicidio ( copar la quinta presidencial y asesinar a Evita y a Perón, en febrero de 1952 ), terrorismo indiscriminado en acto peronista ( dos bombas que mataron a seis personas e hirieron a más de noventa, abril de 1953 ), nuevo intento de magnicidio y bombardeo de la Casa Rosada e inmediaciones ( 14 toneladas de explosivos, cientos de muertos y heridos, junio de 1955 ), cañoneo y destrucción de depósitos de combustible en Mar del Plata y amenaza de hacer lo mismo en Berisso, Ensenada y Dock Sur, septiembre de 1955 ), robo del cadáver de Eva Perón ( permaneció desaparecido durante 16 años ) prohibición del peronismo como partido e interdicción del mismo como fenómeno sociopolítico ( decretos 3855/55 y 4161/56 respectivamente ), amplísima purga de oficiales y suboficiales peronistas en el Ejército ( alrededor de 1.000 oficiales y un número indeterminado de suboficiales, 1955 y 1956 ), fusilamiento de 11 oficiales y 7 suboficiales, y de 14 civiles ( en respuesta al fallido intento contra - golpe de Estado peronista, junio de 1956 ), proscripción de Perón y del peronismo no transigente ( 18 años ), desactivación de la DDN ( Doctrina de la Defensa Nacional ) y promoción de la DSN ( Doctrina de la Seguridad Nacional ). Es responsabilidad inexcusable de quienes se internan en el examen de procesos políticos ofrecer explicaciones adecuadas de fenómenos no sólo cotidianos sino extraordinarios, como los que se acaba de reseñar.

La hecatombe vivida por Argentina en los años que van de 1953 a 1962 merece ser interpretada en clave política y no con liviana banalización. Es difícil imaginar que actores políticos individuales o colectivos hayan podido echar mano de iniciativas tan extremas como condenables simplemente por frivolidad, irracionalidad o cólera. Lo que la reacción antiperonista - tremebunda a la postre - muestra el análisis contemporáneo es que a la amplia coalición que derrocó al peronismo en 1955 - extrañamente parecida a la actuó en su contra en el período de surgimiento de aquél - éste se le hacía no sólo inaceptable sino también políticamente indigerible, por ser sus finalidades, programática y posiciones muy difícilmente conciliables con los propósitos, designios y objetivos de aquélla.

Examinando las circunstancias de contexto histórico y de contenido que enmarcaron y fundamentaron la alternatividad de la que era portador Juan Domingo Perón, se sostiene en términos conceptuales que fue el fruto de una resolución tardía de la cuestión oligárquica - como ocurrió también, por ejemplo, en Guatemala, con la revolución propiciada por Jacobo Arbenz en 1944 - la que a su vez resultó del modo en que se resolvió en Argentina la crisis de 1929 - 1930. Sucedió entonces una restauración oligárquica que desplazó a un gobierno democrático y popular mediante un golpe de Estado, pero evitó el mantenimiento en el tiempo de un gobierno de facto. Fue, de todos modos, incapaz de sostener a sus presidentes por medios lícitos y terminó implantando un contubernio que prohijó vergonzosos negociados, sonados escándalos financieros y extendidas prácticas fraudulentas, lo que andando el tiempo condujo a ese sistema a una crisis terminal y a un final de época. Pero no debido a la aparición de nuevos movimientos estrictamente civiles o de contestación en el seno de los viejos partidos, que no tuvieron capacidad de respuesta, sino a la acción de unos militares hartos ya de jugar el poco decoroso papel de último sostén del fraude electoral y la venalidad económica - financiera. La guerra en curso - la Segunda Guerra Mundial - colocó a su vez condiciones que gravitaron sobre el cierre de época doméstico. En este marco surgió Perón, efectivamente como un " outsider ", como se suele indicar.

Perón, empero, no fue pura coyuntura o mero oportunismo. Supo construir y elaborar ideas políticas que lo diferenciaron nítidamente del aglutamiento remanente y decurrente de la Década Infame y le permitieron desenvolverse por bastante tiempo dentro de un complejo cuadro de poder. Alrededor de Perón se concentró una voluntad política de cambio y se procesó una ruptura. Fue inmediatamente alternativo en el terreno de la lucha electoral, se lo percibe claramente cuando se examina la composición y apoyo de los dos agrupamientos mayores enfrentados en las elecciones de febrero de 1946. Fue, por lo tanto, distinto de ese conglomerado que venía derivando malamente de aquella infausta década. Pero no fue solamente eso. Supo dotar a la voluntad política que encabezó, además, de contenidos alternativos en lo económico, lo social, lo político y lo militar que le granjearon perdurables apoyos.

La alternatividad militar resultó de una sólida amalgama de política nacional, política de defensa y política hacia los propios militares. Vinculó firmemente la política de defensa con un proyecto de desarrollo nacional que aspiró a alcanzar un alto grado de autonomía en términos de relaciones internacionales y de autosustentación económica. Y abrió en este marco un espacio profesional de participación a los militares. Tras los intentos de golpe, septiembre de 1951, y el extravío de límites y la irrupción de la violenta intolerancia practicada por la oposición, modificó algunos parámetros de aquella participación militar pero no el resto de su esquema. Si bien se mira, los generales Agustín Pedro Justo y Juan Domingo Perón hicieron cosas parecidas. El primero a favor de la restauración oligárquica, de la redifinición de la inclusión subordinada de Argentina en alguna órbita de la declinante Gran Bretaña, del fraude y del contubernio. Su política de defensa hizo sistema con esas tomas de posición y su política militar puso a los uniformados al servicio de peropósitos que sólo pueden calificarse de espurios. El segundo, articuló política general, política de defensa y política militar en favor de un planteo absolutamente diferente. Sí, Justo y Perón hicieron cosas parecidas aunque de signo diametralmente opuesto. Por lo demás, la alternatividad militar de Perón queda completamente corroborada por la injundiosa desperonización del Ejército realizada por la Revolución Libertadora y sus continuadores en tiempos de Arturo Frondizi.

Frecuentemente se cuestionan del primer peronismo y de su calidad de compromiso democrático sus abusos autoritarios y sus irrespetos procedimientos. Y ciertamente no es cuestión de disculparlos. Sin embargo cabe preguntarse, como a veces lo hace la afamada " escuela de la calle ": ¿ comparados con qué ? El primer peronismo es una estación intermedia ubicada entre la incalificable en términos republicanos Década Infame, que lo antecede, y esa cabalgata de gobiernos ralamente democráticos y golpes militares que lo suceden. Entonces, ¿ de qué es conveniente o preferible hablar, de realidades o de fantasías ? Tengo para mí que alguna diferencia hay entre impulsar disposiciones legales destinadas a prohibir la formación de coaliciones y obstaculizar la creación de nuevos partidos, como se hizo en 1949, y prácticar sistemáticamente el fraude y meter bala cuando el yrigoyenismo más noble se resistía al abuso, o practicar fusilamientos y bombardear el centro de Buenos Aires. Podrían mentarse, además, dos grandes apoortes democráticos del primer peronismo: la definitiva eliminación del fraude y el voto femenino. Tan cierto es que no deben menospreciarse las falencias republicanas como que nadie escapa a su tiempo. Bien haríamos en reconocer tantos contextos, como exigencias, límites y contribuciones.

Pero entendámonos. Los anteriores son muy limitadamente asuntos de buena voluntad o de buena educación. El filósofo Max Weber señalaba con acierto que la política es un fenómeno económicamente condicionado. Y nosotros los argentinos acarreamos una dificultad de origen que casi es un estigma: como bien lo plantean los señeros trabajos del historiador Juan Alvarez, hemos nacido como nación sin unidad económica, lo que ha obstaculizado nuestra capacidad para conseguir unidad política. De aquí nuestras reyertas. La carencia de unidad económica que redunda en falta de unidad política no sólo nos signa sino que no ha sido aún del todo superada.

Hoy como ayer, nuestra deficitaria cultura política republicana es en buena parte hija de estos antagonismos que se afanan en quitarle entidad al adversario, en función de poderosísimas razones políticas ( mejor sería decir " de poder ", pues se colocan al servicio de imponerle decisiones al " otro ". ). Tal vez si nos abriéramos al reconocimiento de la diferencia, si aprendiéramos a practicar la tolerancia, si instalásemos no vacías apelaciones a la reconciliación sino aceptables niveles de verdad, de justicia y de memoria, si se dejara de practicar un vacío republicanismo de la forma desentendido de qué es lo que se le colocó y/o se le coloca adentro a la República, si se fraguara un mínimo consenso sobre la importancia del desarrollo económico pero también sobre la significación de las repercusiones sociales de la acción económica y sobre el valor insustituible de las políticas sociales, si el respeto al estado de derecho y a los derechos humanos no fuera sólo un saludo a la bandera para muchos argentinos poderosos, seguramente se beneficiarían nuestras posibilidades de construir unidad económica y unidad política. Entonces, nuestros comportamientos intelectivos y valorativos serían probablemente mejores y el perfeccionamiento de nuestro sistema democrático quedaría un poco más a la mano.

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De Marcelo Toledo, reconocido internacionalmente como un talentoso exponente de la orfebrería y la platería de Argentina:

Nací en Escobar, comenzé a estudiar orfebrería a los 15 años, y a los 20 años me instalé en una feria de artesanos, en La Boca, Buenos Aires.

No vengo de familia patricia, sino de clase media, soy el mayor de seis hermanos.

Lo que más me interesa es mostrar mi arte a la gente.

He almorzado con reyes, pero sigo siendo el mismo. Entre algunas personalidades importantes que atesoran algunos de mis trabajos están los Reyes de España, el Rey de Marruecos, el Príncipe Carlos y su madre, la Reina Isabel II de Inglaterra, los Príncipes de Holanda, el papa Juan Pablo II, el presidente norteamericano Barack Obama, también varios actores de Hollywood, presidentes argentinos y famosos como Mirtha Legrand y Susana Giménez.

Durante dos años estudié con detallismo acerca de las joyas de Evita, fascinado por esta mujer que trascendió las fronteras del país. Recrear las joyas de Evita me acercó a su propio universo.

Nota:

Para conocer más sobre este artista, por favor clickear aquí

También aquí para poder visualizar las espléndidas realizaciones de Marcelo Toledo sobre las joyas de Evita:

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De Gustavo Dalmazzo, docente, historiador y escritor, para revista Todo es Historia, n° 458, Buenos Aires, septiembre de 2005:

El peronismo impactó a la sociedad argentina, tanto por sus medidas sociopolíticas como económicas.

La generación de nuevos empleos, altos salarios y la protección social, consecuencias del efecto redistributivo de una economía basada en el desarrollo del mercado interno, hizo que por primera vez muchos argentinos se sintieran ciudadanos en un estado democrático; el voto femenino y los derechos sociales consagrados en la Constitución Nacional, luego de la reforma de 1949, explican parte de este fenómeno.

Esta experiencia de vasta integración social sufrió el rechazo de aquellos que creyeron ver reducidos sus privilegios e influencias, cuando en realidad el gobierno peronista, salvo en discursos incendiarios, lejos estuvo de atentar contra la elite. El desencuentro fue más cultural que económico.

Pero sería incompleto quedarnos exclusivamente con esta mirada si no incluímos un aspecto particular de la política argentina. El peronismo manifestó despreocupación por aunar la democracia política con la institucionalidad republicana. En esta contradicción de república sin democracia, como fueron los años del fraude o los de restricción electoral, y de democracia con escaso cuidado por lo republicano, está uno de los nudos gordianos de nuestra historia política.

A su vez el personalismo de Perón es una de las claves para entender el desarrollo de un Estado que tuvo rasgos autoritarios: provincias argentinas que pasaron a llamarse como la pareja gobernante, monumentos que obligaban a recordarlos cotidianamente y una literatura escolar que ensalzaba las virtudes de Perón y Evita, son algunos de los ejemplos más visibles.

En cuanto a los militares, la política del peronismo se basó en la estricta subordinación de las Fuerzas Armadas al poder político. Los beneficios salariales, la disminución de la antigüedad requerida para los ascensos y una política particular hacia los suboficiales, estuvieron orientados a construir un poder militar leal a Perón.

La posibilidad de que Evita fuera candidata a vicepresidenta, acompañando a Perón en su reelección para el período 1952 - 1958 aumentó el fastidio de importantes sectores castrenses que podían llegar a aceptar a Perón pero no a su esposa. De todas maneras el deterioro de la salud de Evita impidió que fuera candidata.

Los triunfos electorales peronistas de 1946 y 1951 dejaron bien claro a la oposición de que no era posible derrotarlo a Perón por medio de las urnas, de allí las conspiraciones para derrocarlo.

En la madrugada del 28 de setiembre de 1951, el director del Liceo Militar, el coronel Dalmiro Videla Balaguer, le advirtió al ministro de Ejército, general Franklin Lucero, sobre extraños movimientos de tropas durante la noche.

Conspiradores y tropas leales intercambiaron disparos en los que resultó muerto el cabo Miguel Farina. El papel que desempeñaron los suboficiales fue uno de los elementos claves del fracaso de la conspiración, ya que si bien no podían rehusarse a participar de la misma pues debían cumplir las órdenes de los oficiales que los mandaban, instrumentaron acciones para demorar el desarrollo del motín. Dasajustaron piezas en los vehículos y escondieron materiales, lo que redundó en una situación favorable al gobierno.

En horas de la tarde, las tropas sublevadas se encontraron apostadas en la localidad bonaerense de San Justo, en espera de refuerzos que nunca llegaron.

El apoyo conseguido en las otras fuerzas fue mínimo. En la Aeronáutica se sublevaron los brigadieres Guillermo Zinny y Samuel Guaycochea de la Base Aérea de El Palomar, y en Mendoza se sumaron aparatos de caza al mando del vicecomodoro Jorge Rojas Silveyra. La Marina de Guerra, aunque fundamentalmente antiperonista, se mantuvo leal al gobierno, salvo la Base Aeronaval de Punta Indio, que se sublevó al mando del capitán Pío Baroja. Los aviadores navales tenían el objetivo de que el presidente Perón no abandonara el país si la intentona triunfaba, pero fueron los aviadores quienes terminaron huyendo al Uruguay.

Ante la debilidad de las fuerzas sublevadas, Menéndez se entregó a las tropas leales comandadas por el jefe del Ejército, el general Angel Solari, quien dirigió en persona la operación represiva.

Los sublevados fueron detenidos y llevados al cuartel 1° de Artillería de Ciudadela. Luego fueron trasladados a la Penitenciaría, en la avenida Las Heras, en donde esperaron las sentencias. El presidente Perón se negó a avalar el pedido del fiscal militar, que había solicitado la pena de muerte.

En febrero de 1952, se produce la conspiración del coronel José Francisco Suárez, el intento de copar la residencia presidencial para apresar y/o asesinar a Evita y Perón. El escritor Félix Luna ha calificado de demencial este intento de magnicidio.

A principios de junio de 1955, cuando el contralmirante Samuel Toranzo Calderón le dijo a su jefe, el vicealmirante Benjamín Gargiulo los planes que tenía, guardaba la esperanza que el propio jefe de la fuerza, el contralmirante Aníbal Osvaldo Olivieri, ministro de la Marina, se pusiera a la cabeza de la rebelión.

El jefe naval había ingresado a la Escuela Naval Militar en 1920 y a fines de 1951, con el flamante rango de contralmirante, Perón lo nombró ministro de Marina, confiado en su profesionalidad, pero también en su simpatía peronista. Olivieri, que estuvo al tanto de los planes de Gargiulo y Toranzo Calderón, extrañamente la noche del día 15 de junio de 1955 se despidió de su ayudante, el teniente de navío Emilio Eduardo Massera, y se internó una horas en el Hospital Naval, por prescripción del director, el capitán médico Emilio Bonnet, que le diagnosticó un síndrome anginoso. Cuando recibió el alta, la revolución había estallado pero sin él.

El bombardeo naval del 16 de junio de 1955, que masacró a cientos de inocentes, fue el último fracaso de los conspiradores antiperonistas. Meses después, la acción conjunta de los opositores a Perón tendría éxito, en septiembre de 1955 cuando fue derrocado.

Producida la " Revolución Libertadora " de septiembre de 1955, el presidente depuesto se asiló en la embajada del Paraguay en Buenos Aires. El embajador paraguayo Juan Chávez aconsejó a Perón que se trasladara a la cañonera Paraguay, que estaba fondeada en el puerto porteño; si alguien intentaba asesinarlo, en el buque sería más fácil defenderlo. Con no más de una valija, Perón arribó a la cañonera y se dispuso a esperar, frente a la ciudad de Buenos Aires. Un hidroavión, conducido por el capitán Leo Nowak, piloto personal del presidente paraguayo Alfredo Stroessner, lo trasladó a Asunción del Paraguay, así iniciando Perón su largo exilio de 18 años.

*     *     *

De Daniel Mazzei, docente, historiador y escritor:

El derrocamiento de Perón, en septiembre de 1955, fue posible por la acción de las Fuerzas Armadas. Una vez logrado el objetivo, comenzaron a verse las diferencias que convivían en el interior del ámbito castrense. Estas grietas se profundizaron y marcaron el accionar de los militares en los períodos posteriores.

El 16 de setiembre de 1955, el general Eduardo Lonardi creó un foco revolucionario en la Escuela de Artillería de Córdoba. Su pronunciamiento fue seguido por otros similares en Mendoza, Curuzú Cuatiá y Puerto Belgrano. Las fuerzas leales a Perón eran ampliamente superiores, pero los rebeldes, en su mayoría jóvenes oficiales, exhibieron una voluntad más firme de luchar que sus adversarios. Durante cuatro días el país estuvo, como nunca antes en el siglo XX, al borde de la guerra civil. Cuando los focos revolucionarios del Ejército quedaron aislados y su final parecía cercano, Lonardi y sus hombres fueron salvados in extremis por el jefe rebelde de la Marina, contralmirante Isaac Francisco Rojas, y la Flota de Mar. El día 19 Perón presentó su " renunciamiento " ante una Junta integrada por 17 generales de división, quienes lo destituyeron, y se encargaron de las negociaciones con los rebeldes que culminaron, el 23 de septiembre, con la designación de Lonardi como presidente provisional.

Esa tarde el general Lonardi se presentó ante una multitud que, eufórica, colmaba la Plaza de Mayo. Lonardi, nacionalista y católico practicante, compartía muchos de los principios sociales del peronismo, pero creía que la burocracia y la corrupción habían desnaturalizado al régimen, y que debía volverse a los orígenes, a la revolución del 4 de junio de 1943. El enfrentamiento de Perón con la Iglesia lo había afectado profundamente, al punto de precipitar su decisión de crear un foco revolucionario en Córdoba sin conocer los apoyos reales con los que contaba. Lonardi creía que el peronismo no sobreviría mucho tiempo lejos del poder, y se proponía utilizar a esas masas, presuntamente en disponibilidad para realizar una " revolución nacional ". Su visión " conciliadora " no era compartida por sectores del Ejército y la Marina, de tendencia liberal, que pronto se deshicieron del Jefe revolucionario. Eran los llamados " gorilas " que caracterizados por su actitud " revanchista ", alcanzaron el poder a partir de noviembre de 1955 y emprendieron la erradicación total del peronismo.

A fines de septiembre se inició el proceso de revisión de la situación del personal de las Fuerzas Armadas. El primer paso de esta recomposición ocurrió el 26 de septiembre cuando el presidente Lonardi, " considerando que es indispensable adoptar las medidas necesarias para que los cuadros que la componen sean un exponente de las virtudes militares y de desinterés ", dictó una amnistía amplia y general " a todo el personal militar de las Fuerzas Armadas que a partir del 4 de junio de 1946 hubiese sido condenado por la Justicia Militar o sancionado en virtud de pronunciamientos de Tribunales de Calificaciones Especiales ... por atribuírsele los Delitos contra el Poder Público y el orden Constitucional ... o infracciones disciplinarias que se vinculen con aquellos ".

La política militar de Lonardi se orientaba hacia dos objetivos básicos: a ) evitar una depuración masiva, y b ) proceder a una cuidadosa política de reincorporaciones. Para cumplir con el primer punto, el ministro de Ejército, general León Bengoa, relevó a los más estrechos colaboradores de Perón, así como a casi todo el generalato. Según las autoridades revolucionarias, estos oficiales - por su alta responsabilidad - debieron reaccionar ante los " excesos de Perón ". En el Ejército, el resultado fue el retiro o pase a disponibilidad de tres cuartas partes de los generales en actividad. En los niveles inferiores la purga se limitó a los oficiales vinculados al círculo íntimo de Perón, o a sus servicios de inteligencia. Los colaboradores más cercanos a Perón sufrieron la interdicción de sus bienes, fueron sometidos a Tribunales de Honor y destituídos. Muchos de estos altos jefes militares fueron confinados en el buque Bahía Aguirre y trasladados al Washington en los primeros días de octubre. Su peregrinaje siguió, a fines de 1955, en el París y luego en los penales de Magdalena, Ushuaia y la Penitenciaría Nacional de la avenida Las Heras.

En el segundo punto - las reincorporaciones - Lonardi y Bengoa procuraron evitar que esa práctica, ajena a las tradiciones vigentes, resquebrajara el espíritu de cuerpo y la disciplina, pero las presiones de la Marina y los partidos políticos los obligaron a ceder. Entre octubre y noviembre, cumpliendo con lo dispuesto en el decreto 64/55, fueron reincorporados al servicio activo centenares de oficiales que habían sido retirados a partir de 1951. Como parte de esta política de reparación, muchos de los reincorporados fueron recompensados con destinos destacados para los cuales no estaban preparados por su desactualización en el servicio. Las reincorporaciones pretendían reparar " tremendas injusticias " que, según los decretos correspondientes, " han motivado el alejamiento del Ejército de oficiales superiores que, escuchando la voz de su conciencia, han preferido alejarse del servicio activo ... antes que claudicar de sus ideales de libertad o someterse a un sistema de obsecuencia y envilecimiento ". La reincorporación masiva de oficiales antiperonistas provocó un efecto disruptivo en el escalafón y significó un gran avance de los grupos liberales que conformaron un poderoso núcleo interno cuya influencia se prolongó hasta entrada la década de 1970. La revancha antiperonista apenas había comenzado. Pese a la moderación de Lonardi y Bengoa, en las diferentes unidades el espíritu revanchista se manifestó con toda crudeza durante los llamados " juicios de los camaradas ".

En noviembre de 1955, la situación de la CGT y la huelga general del 1° de ese mes determinaron la ofensiva de los " gorilas " que insistieron para que " se acelerara la designación de oficiales probadamente revolucionarios en los cargos claves del Ejército, en abierta oposición a la política del ministro del Ejército ". Acusaban a Bengoa de demorarse en reemplazar a jefes de regimiento peronistas, y de retener oficiales de esta tendencia en puestos del Ministerio. El 8 de noviembre, el ministro prefirió renunciar antes que aprobar ciertos traslados. Lonardi aceptó su renuncia y lo reemplazó por el reincorporado coronel Arturo Ossorio Arana, quien era uno de los símbolos del alzamiento de septiembre. En los días siguientes la ofensiva liberal alcanzó al doctor Clemente Villada Achaval, cuñado del presidente Lonardi, y el detonante fue la designación del nacionalista Luis María De Pablo Pardo como ministro del Interior en lugar del liberal Eduardo Busso. Finalmente, el 13 de noviembre de 1955, un golpe palaciego, encabezado por los sectores liberales del Ejército, con el apoyo fundamental de la Marina, forzó la renuncia de Lonardi, quien fue reemplazado por el general de división Pedro Eugenio Aramburu, Jefe de Estado Mayor del Ejército.

Aramburu confirmó como ministro de Guerra al coronel Ossorio Arana quien integraba, junto a la Marina de Guerra, el sector más intransigente y antiperonista de las Fuerzas Armadas. Esa línea ultradura cohabitaba con los liberales más moderados encabezados por el presidente de facto Aramburu, dispuestos a buscar una salida política. Desde el ministerio de Ejército, Ossorio Arana y el grupo de " revolucionarios del ´51 " profundizaron la depuración de la cúpula del Ejército con el relevo de otros doce generales.

El gobierno revolucionario aplicó una política de desperonización que alcanzó todos los aspectos de la vida nacional, sin excepciones: desde la cumbre del aparato estatal hasta los modestos altares erigidos en memoria de Evita. Como parte de esta política, centenares de dirigentes peronistas fueron perseguidos y encarcelados, se dispuso la cesantía o pase a disposición de docentes, jueces, políticos o funcionarios; y se crearon decenas de comisiones investigadoras en todo el país. En el Ejército, a comienzos de 1956, los " tribunales especiales ", integrados - en su mayoría - por oficiales reincorporados, extendieron la purga hacia los grados inferiores. En ese contexto cuatro decretos de febrero de 1956 establecieron el retiro obligatorio de casi 180 jefes y oficiales superiores. Además, a partir de la Orden de Operaciones 44 la depuración se extendió a casi 2.000 suboficiales que constituían el sector más leal a Perón. Los castigos no sólo significaron el retiro de estos oficiales y suboficiales, sino el " destierro " a guarniciones de frontera, o bien a destinos burocráticos, de muchos cuadros jóvenes considerados " recuperables ".

La desperonización del Ejército alcanzó su punto más dramático durante los trágicos sucesos que siguieron al movimiento contrarrevolucionario encabezado por los generales de división retirados Juan José Valle y Raúl Tanco, en junio de 1956. Según el plan revolucionario, suboficiales en actividad se apoderarían de cuarteles importantes y facilitarían el ingreso de civiles y militares retirados a esas unidades. El plan no incluía la participación de oficiales en actividad. El gobierno, que había sido informado de los planes revolucionarios por sus servicios de inteligencia, dejó hacer. La noche del 9 de junio de 1956 estalló la contrarrevolución en distintos lugares del país. Los combates más violentos se produjeron en La Plata ( donde fracasó el intento de copamiento del regimiento 7 de infantería ) y Campo de Mayo. El levantamiento sólo fue exitoso en Santa Rosa ( La Pampa ), que permaneció diez horas en manos de los rebeldes. El gobierno en pleno estableció la Ley Marcial que empezó a cumplirse mediante juicios sumarios. Esa madrugada, en la localidad de José León Suárez, fue fusilado un grupo de civiles inocentes. Las ejecuciones ( de civiles y militares ) se prolongaron hasta la madrugada del 12 de junio, cuando el general Juan José Valle se entregó y fue fusilado en la Penitenciaría de la avenida Las Heras por orden de su compañero de promoción, el presidente Pedro Eugenio Aramburu. Sólo entonces el gobierno levantó la Ley Marcial. Habían sido ejecutados 18 militares y 9 civiles.

Hasta la culminación de la Revolución Libertadora casi 500 oficiales fueron pasados a retiro obligatorio y decenas de oficiales y suboficiales pidieron su retiro voluntario tras ser postergados en su carrera profesional. Si se hace un análisis de la eliminación por armas, la infantería - el arma de Perón - fue la más afectada con un 54,4 % de los relevos. Esta cifra es superior al promedio de egresados de esa arma por promoción. Esta diferencia se produce a costa de las otras armas que registran, cada una de ellas, entre 3 y 4 % menos del promedio por promoción. Además, debemos tener en cuenta que - paralelamente - los reincorporados pertenecían en un 80 % a la caballería. De esta forma se produce un desequilibrio en la proporción histórica entre oficiales de caballería e infantería. La consecuencia inmediata de la depuración antiperonista fue la apertura de varios vacíos escalafonarios que fueron cubiertos mediante el ascenso prematuro de muchos oficiales que cumplían, apenas, con los tiempos mínimos en el grado. El ascenso prematuro de varias promociones provocó, en el mediano plazo, una notoria reducción de la edad en que los oficiales superiores alcanzaban el generalato. Los vacíos escalafonarios y los ascensos prematuros permitieron, en algunos casos, el ascenso de jefes menos calificados, relegados en sus propias camadas, y sin estudios superiores. En otros casos, esos espacios fueron ocupados por los casi 200 oficiales reincorporados quienes, a menudo, estaban desactualizados o no calificados para las altas responsabilidades que se les había encomendado. Políticamente, estas reincorporaciones permitieron ganar posiciones en el cuadro de oficiales a los grupos liberales, más antiperonistas, que habrían de dominar al Ejército a partir de la década siguiente.

La Revolución Libertadora dejó profundas huellas en el Ejército argentino. El proceso de reincorporaciones y purgas politizó a los cuadros del Ejército, y favoreció el desarrollo de un profundo estado deliberativo que destruyó la disciplina y la subordinación jerárquica. Uno de los protagonistas de la Revolución Libertadora recordaría: " La conspiración había acercado excesiva aunque necesariamente a oficiales de distinta jerarquía, rompiendo las barreras habituales de la disciplina y la tradición militar; y los oficiales jóvenes tenían clara conciencia de haber sido el motor de la revolución ". En ese Ejército politizado, la jerarquía y el grado ya no alcanzaban para imponer la subordinación, y los " méritos revolucionarios " se privilegiaban a las capacidades profesionales a la hora de establecer los ascensos y asignar destinos. El resultado fue la utilización del planteo como práctica permanente durante la presidencia del Dr. Arturo Frondizi, y que culminó en la anarquía institucional a la que puso fin el triunfo de la facción " azul " en septiembre de 1962.

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De María Félix ( María de los Angeles Félix Güereña, 1914 -2002 ), llamada " La Doña ", bella actriz y símbolo del cine mejicano:

Una de las suertes más grandes en mi vida fue la amistad que me unió a Evita.

Con el deseo de conocerme, Eva Duarte de Perón me invitó oficialmente a la Argentina, en donde hice una de mis películas. Al llegar a Argentina, fui recibida con fiestas y honores.

Condenada por un cáncer, Evita murió con 33 años. Argentina acababa de cerrar los ojos, y por mucho tiempo. Un pueblo entero descendió por las calles, llorando, el pueblo la adoró.

Evita ha sido una de las experiencias más grandes de amistad que he tenido, una de las historias más bonitas, en Buenos Aires encontré a la amiga.

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De María Teresa Mazzorotolo, docente y cineasta, realizadora del documental " Evita, otra mirada ", hija de Alfredo Mazzorotolo, fotógrafo personal de Eva Perón desde 1947 hasta 1952:

Evita fue una mujer de acción, con mucha fuerza interior. Tuvo que vencer muchas dificultades, una mujer simple que llegó a estar en un lugar muy destacado, tuvo que desafiar un montón de situaciones, y lo positivo es el legado que dejó.

Al producirse el golpe de Estado de 1955 que destruyó y quemó libros, archivos y fotografías, mi padre pensó que era riesgoso tener a la vista el material fotográfico y lo guardó, más de 600 negativos de Evita, como precaución lo enterró en un campo de la provincia de Buenos Aires, lo puso a resguardo de odios y violencias durante 20 años, no solamente era valioso porque era su trabajo, papá lo vió como algo valioso desde el punto de vista histórico que si perdía se perdía para todos.

Nota:

Para conocer bibliografía con fotografías de Evita realizadas por este excepcional fotógrafo, usar el navegador mozilla firefox y clickear, por favor, aquí

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De Roberto Elisalde, docente, historiador, coautor del libro titulado Historia Argentina y el mundo contemporáneo, editorial Aique S.A., Buenos Aires, 350 páginas, con ilustraciones, año 1994:

Evita sigue siendo polémica, una mujer duramente criticada pero profundamente reivindicada.

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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