DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


Eva Ibarguren EVA IBARGUREN EVA DUARTE EVA PERON EVA PERON EVA PERON EVA PERON

María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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Del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, en el folleto titulado De Ceres a Evita - Un siglo y medio de descubrimiento de planetitas, publicación de la Serie Especial, número 11, director Capitán de Fragata ( R ) Guillermo Wallbrecher, La Plata, con ilustraciones, 52 páginas, año 1951:

En la noche del 3 al 4 de agosto de 1948, los auxiliares del Departamento de Astronomía, señores Juan Ernesto Macluf y Carlos Rogati, fueron encargados de la obtención de una placa con dos imágenes del planetita ( 891 ) Gunhild, que figuraba en el programa de observaciones regulares de dicho Departamento.

La placa fue expuesta en la cámara del Anteojo Astronómico de 342 mm. de abertura, tomando la primera imagen el señor Macluf y la segunda, el señor Rogati.

La placa fue examinada después por el señor Jefe del Departamento, Profesor Miguel Itzigsohn, quien, además del planetita buscado, estableció la presencia de otro, que, por su posición y movimiento - derivado este último de la medición de las dos imágenes obtenidas - parecía no corresponder a ninguno de los catalogados.

En virtud de que el movimiento del nuevo cuerpo era muy similar al del ( 891 ) Gunhild, se decidió fotografiar otra vez a este último, en la esperanza de que aparecieran ambos, lo que realmente sucedió: En la noche del 4 al 5 de setiembre de 1848, los auxiliares Carlos Rogati y Carlos Hernández, expusieron otra placa, empleando en esta ocasión la cámara U V de 160 mm. de abertura, acoplada al Astrográfico, cámara que por tener un campo mayor que este anteojo, aumentaba la probabilidad de éxito. Examinada la placa se constató la presencia del objeto buscado; y lo mismo sucedió con otra obtenida por los mismos auxiliares en la noche del 3 al 4 de octubre de 1948.

Con los cálculos de una órbita, que podía considerarse segura, puesto que se contaba con un arco de dos meses, se pudo calcular una efemérides y en base a ella se obtuvo una cuarta posición derivada de otra placa que expusieron los auxiliares Macluf y Hernández en la noche del 27 al 28 de octubre de 1948. La diferencia entre esta cuarta posición y el valor teórico deducido de la órbita calculada, fue de - 0".9 en ascensión recta y - 2".1 en declinación, lo que vino a demostrar la bondad de las posiciones obtenidas. Todas las posiciones de las placas fueron medidas con el microscopio Hilguer por las auxiliares señoritas Delia Irma Marozzi y Elida Magdalena Balat, y los cálculos y su verificación fueron realizados por el profesor Itzigsohn y sus colaboradores, señores Macluf y Hernández.

El señor Jefe de la Oficina de Cálculos, doctor Pascual Sconzo, estableció la identidad de este planetita con el 1947 L A, observado el año anterior en el Lowell Observatory, de Flagstaff, Arizona, United States, y calculó una efemérides para el año 1949, con ayuda de la cual se efectuaron nuevas observaciones: una por los astrónomos señores Rogati y Hernández, en la noche del 11 al 12 de diciembre de 1949, y otra por el astrónomo Rogati y el auxiliar Altavista, en la noche del 23 al 24 de diciembre de dicho año.

La medición de la placa fue hecha por la señorita Balat, y los cálculos, por el profesor Itzigsohn.

Con los cálculos de tres posiciones ( 1947, 1948 y 1949 ), la Oficina de Cálculos de nuestro Instituto, a cargo del profesor Dr. Sconzo, procedió al cálculo de una órbita mejorada.

Quedaron así cumplidas con exceso las exigencias establecidas por la Unión Astronómica Internacional para que este pequeño planeta reciba número de catálogo y nombre definitivos.

Con respecto a sus características físicas, hay que atenerse a las hipótesis generales, ya que tratándose de planetas muy pequeños, todo descansa en las determinaciones de magnitud, que no pueden ser muy finas, y en suposiciones acerca de sus propiedades reflectoras, o sea su albedo.

En el presente caso, de las estimaciones de magnitud hechas en las distintas placas, se deduce una magnitud media en oposición, de 14.2. Por lo tanto, tomando en cuenta el valor del semieje mayor y suponiendo un albedo promedio de los pocos que se conocen para estos astros, correspondería a un cuerpo de unos 35 km. de diámetro, o mejor dicho, a un cuerpo que nos presentara una superficie equivalente a la de una esfera de esas dimensiones, ya que estos planetitas pueden apartarse sensiblemente de esa forma regular.

De conformidad con las reglas aprobadas por la Unión Astronómica Internacional, el observatorio que haya suministrado el primer conjunto de posiciones que permita el cálculo de una órbita segura ( y en este caso, además, la ha calculado ), tiene derecho a proponer el nombre definitivo del astro.

Es evidente que nuestro Instituto ha llenado con exceso la exigencia, y, más aún, consultado el asunto con el señor Director de la Central de Pequeños Planetas, Profesor Dr. Paul Herget, responde categóricamente en carta dirigida a esta Dirección, con fecha 7 del actual: " puede usted presentar un nombre para el 1948 P A, el que será aceptado, a menos que no haya conflicto con algún nombre anterior. El subcomité de nombres examina todos los nombres nuevos, y no hará ninguna objeción, excepto para evitar confusión con nombres similares a otros ".

Al usar este derecho, que es un honroso premio al esfuerzo del Instituto y su personal, la Dirección desea que sirva para rendir un homenaje a quien ya es un símbolo en todo el territorio de la Patria, por la pureza de sus sentimientos de bien común, por su honda vocación altruísta y por su noble caridad cristiana; símbolo que merece perpetuidad entre los valores argentinos, como fuente de inspiración para las obras elevadas y motivo de relevante emulación para quienes emprenden el camino del servicio social, disciplina de modestia y escuela de sacrificios: Evita.

Que brille para la eternidad el astro identificado con este nombre, que es bandera de esperanza entre los humildes de la Patria, y promesa continental por la trascendencia de su obra humanitaria.

Por las consideraciones expuestas, el Director del Observatorio, resuelve:

Asignar el nombre de Evita al pequeño planeta descubierto en el Instituto Superior del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, en la noche del 3 al 4 de agosto de 1848 y que fuera designado provisionalmente 1948 P A, como homenaje a la señora María Eva Duarte de Perón, por su intensa obra cristiana en favor de los niños, de los ancianos y de los desamparados de todo el país y naciones hermanas.

Comunicar esta decisión al Señor Presidente de la Comisión de Planetas Pequeños de la Unión Astronómica Internacional, para que se registre oficialmente en el catálogo general juntamente con el número definitivo.

Disponer la observación regular del nuevo astro en las oportunidades propicias a efectos del más completo estudio de su teoría.

Felicitar al señor Jefe del Departamento de Astronomía Extrameridiana, Profesor Miguel Itzigsohn, por el importante descubrimiento y expresar la complacencia de la Dirección por la actividad de sus colaboradores inmediatos: Prof. Dr. Pascual Sconzo; señores Juan Macluf, Carlos Rogati, Carlos Hernández, Carlos Altavista y señoritas Delia Irma Marozzi y Elida Magdalena Balat.

Háganse las comunicaciones correspondientes, notifíquense los Departamentos científicos, tome razón Secretaría y archívese.

Fdo.: Guillermo Wallbrecher, Capitán de Fragata ( R ), Director.

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De Jorge Miguel Couselo, crítico cinematográfico, periodista, ensayista, guionista, historiador de cine, profesor de Historia del Cine Argentino, miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España ( AACCE ), escritor, autor del libro titulado Cine argentino en capítulos sueltos, interesantísima edición del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales ( INCAA ), el 23º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la Universidad del Cine de Buenos Aires, y el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, Buenos Aires, ilustrado, 102 páginas, año 2008:

Sin figurar en títulos, Eva Duarte debutó cinematográficamente en Segundos afuera ( Alberto Etchebehere - Chas de Cruz, 1937 ), con brevísima intervención, y enseguida protagonizó con Claudio Martino el corto publicitario La luna de miel de Inés ( producción Linter Publicidad, 1938 ). Papeles más relevantes - no demasiado - tuvo en La carga de los valientes ( Adelqui Millar, 1939 ), El más infeliz del pueblo ( Luis Bayón Herrera, 1941 ), Una novia en apuros ( John Reinhardt, 1942 ), La cabalgata del circo ( Mario Soffici, 1945 ). El único protagónico es, en efecto, La pródiga ( Soffici, 1945 ).

Que La Pródiga sea de 1945, tenga de intérprete protagónica a Eva Duarte y se viera décadas después, da a su estreno una perspectiva inusual y dificulta la evaluación. En muchos gravitarán sentimentalismos y nostalgias, en otros, la duda sobre si el tardío estreno era necesario u oportuno, o aparece especulativo.

La idea de filmar una versión de la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón no era nueva, y en los planes de los otrora famosos Estudios San Miguel, el proyecto estaba asignado al director Ernesto Arancibia y a Mecha Ortiz, máxima estrella argentina de la época. El reemplazo, ya se sabe, alteró previsiones de producción con fundamentos extracinematográficos que pueden buscarse en distintas fuentes, de las entrelíneas de crónicas políticas a las memorias de esa prestigiosa actriz.

El libro original se inserta en el estilo del gran escritor español de la segunda mitad del siglo XIX, cuando el romanticismo se negaba a ceder ante los primeros embates del realismo. Si Alarcón dijo ampararse en las leyes divinas y humanas que regirían a la pasiones del amor, algunos avanzados creyeron descubrir una condena de la emancipación femenina que se insinuaba. Ni aquello ni esto trasciende en la adaptación fílmica de Alejandro Casona, que solía ser un artífice del diálogo, pero nunca se mostró tan estragado por la vacuidad folletinesca ni tan propenso a las parrafadas altisonantes.

La elección se explica en la tendencia internacional, hibridizante, que los productores nacionales ensayaban por aquellos años en la desesperación de encontrar un antídoto contra el cine mexicano, cuyos dramones inundaban los mercados latinoamericanos. La predilección de la modesta actriz en deseo de ascenso al primer plano se entiende, a la vez, en la debilidad hacia las heroínas perseguidas y sufrientes que había recorrido en su quehacer radioteatral. Al fin y al cabo, desgranada la elaboración literaria, La pródiga no es sino la trillada historia de una pecadora arrepentida que busca redimirse en la beneficencia, el amor y el suicidio.

En la filmografía de uno de los grandes directores argentinos cuesta ensamblar una película así. Mario Soffici había filmado ya Viento norte ( 1937 ), Kilómetro 111 ( 1938 ), Prisioneros de la tierra ( 1939 ) y Tres hombres del río ( 1943 ), orientando una caudalosa búsqueda nacional. A sus puestas cinematográficas caracterizaba, encima, el cuidado de la imagen y el ajuste de actuación, no advertibles en La pródiga. Resulta curioso, además, que en el pináculo de su carrera Soffici se aviniera a la codirección con Leo Fleider, camarógrafo y ayudante que tardaría en arribar a modesto director. Es de conjeturar si su compromiso no derivó del lazo insoslayable con los productores. Nunca aclaró Soffici el misterio, limitándose al recuerdo de la buena relación profesional con Eva Duarte, a quien previamente había conducido en un papel de reparto en La cabalgata del circo.

Linda con la innecesaria crueldad juzgar hoy los créditos técnicos y artísticos del film, afectado un elenco de apoyo con figuras destacadas - mayoría de desaparecidos por el paso del tiempo y las modas -, obvia la reconstrucción de época en un estilo que hizo crisis, deslucida la fotografía en blanco y negro por la intermediación de un negativo descuidado o no original. No puede disimularse, en cambio, un rodaje premioso y una producción menguada, con fondos fijos que afectan el paisajismo a que Soffici y el cine argentino de aquel tiempo eran afectos.

Resta Evita Duarte y la presunción de si hubiera podido llegar a estrella de cine. Quienes alcanzamos a escucharla por radio recordamos sus tropiezos de dicción y su monotonía de elocución. Sospechamos que si La pródiga no conoció el estreno inmediato, la autocrítica de la mujer pudo contar junto a las razones políticas o el prejuicio que la tradición aduce. No olvidamos palabras de Juan José Sebreli, sociólogo, crítico literario y escritor: " Encerrada en su propia subjetividad, obsesionada por su propio problema, no consigue la objetividad, la exteriorización necesaria para dar el personaje: no crea personajes, se crea a sí misma, por eso es una actriz mediocre. No encuentra la forma adecuada para expresar lo que quiere: no lo encontrará en la pantalla ni en las tablas, sino en la plaza pública ".

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De José Fausto Riéffolo Bessone, historiador, político y escritor, autor del libro Los derechos sociales de la mujer - Sufragismo y feminismo, serie Biblioteca del Ciudadano, editorial El Ateneo, 231 páginas, año 1950:

Cuando al finalizar 1946 fue publicado el Plan Quinquenal, la oposición se alzó contra él, y muy especialmente contra el voto femenino argumentando - como se argumenta de costumbre cuando se quiere fulminar una idea - que es contrario a la Constitución.

La reforma a la ley electoral 8.871 viene introducida por el Plan cuando establece que toda mujer argentina nativa o naturalizada tiene derecho, a partir de los 18 años de edad, de elegir y ser elegida, lo mismo que los varones, siempre que estén inscriptas en el padrón electoral.

Esta reforma no atenta contra la ley 8.871 y sus modificaciones, que ni expresa ni tácitamente prohiben el voto de la mujer. En cuanto a la Constitución Nacional ésta nada dice al respecto y, en consecuencia, mal puede argumentarse que aquélla sea inconstitucional.

A mí me parece, por el contrario, que la participación de la mujer en la vida política del país, es el resultado lógico de su anterior intervención en las actividades educacionales, artísticas, mercantiles, industriales, científicas, profesionales, económicas, culturales y sociales; que dicha participación es un signo inequívoco de perfeccionamiento de las costumbres cívicas y un acto de justicia rendido a la feminidad.

La ley de los derechos cívicos de la mujer fue aprobada por el Congreso el 9 de setiembre de 1947 y promulgada el 23 del mismo mes y año. Es de rigurosa justicia declarar a María Eva Duarte de Perón la primera feminista de Argentina, pues si el Plan Quinquenal proyectó el voto femenino, élla fue quien con su palabra y sus obras le dio realidad y sentido.

El objetivo último del voto femenino es la incorporación de la mujer para que con la fuerza de todas sus facultades contribuya con el hombre a la completación del proceso formativo y perfectivo del Estado. Declarar optativo el voto de la mujer es lo mismo que dejar que cada individuo resuelva por sí, en su propia conciencia, un asunto que el legislador, al dictar la ley, reconoce como de necesidad e importancia colectiva. El elemento jurídico - político específico del ciudadano es la atribución ( digo atribución y no facultad ) de elegir y ser elegido, atribución que como tal no puede ser renunciada, ni delegada ni omitida sin mengua evidente del Estado.

A más de veinte siglos de la civilización cristiana - sin contar los del paganismo - un diputado de la oposición dijo en nuestro Parlamento que por la vía del voto obligatorio de la mujer era posible llevar la perturbación al seno del hogar. ¿ Qué tiene que ver - pregunto yo - la concordia hogareña con el ejercicio de los derechos cívicos de la mujer ? Paréceme que la felicidad y la concordia del hogar dependen de la virtud de cada uno de sus miembros y de sus condiciones económicas de vida, en tanto que la educación cívica de la mujer y el ejercicio del voto serán los medios por los cuales élla, electora o elegida, contribuirá a resolver los problemas sociales dentro de lo que permita la relatividad de las cosas humanas.

El texto de la ley cívica femenil, sancionado sobre el texto aprobado por el Senado el 21 de agosto de 1947, establece que las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos; para la mujer regirá la misma ley electoral que para el hombre, debiéndosele dar su libreta cívica correspondiente como un documento de identidad indispensable para todos los actos civiles y electorales.

Las mujeres extranjeras residentes en el país tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o les imponen las leyes a los varones extranjeros, en caso que éstos tuvieren tales derechos políticos.

Esta ley fue promulgada por el Presidente Perón en cabildo abierto ante numerosa concurrencia de mujeres y varones procedentes de la capital y del interior del país. En esa histórica asamblea, Evita, refiriéndose a su viaje a Europa dijo haber aprendido " la lección ejemplarizadora de la mujer abnegada y de trabajo, que lucha junto al hombre por la recuperación y por la paz. Mujeres que suman el aporte de su voluntad, de su capacidad y de su tezón. Mujeres del pueblo, que actúan en las fábricas, en los talleres, en las universidades. Mujeres que forjaron armas para sus hermanos, que combatieron al lado de ellos, niveladas por el valor y el heroísmo ".

Expresó que la mayor responsabilidad de la mujer electora es saber elegir, pues " este triunfo nuestro encarna un deber, como lo es el alto deber hacia el pueblo y hacia la Patria. El sufragio, que nos da participación en el porvenir nacional, lanza sobre nuestros hombros una pesada responsabilidad. Es la responsabilidad de elegir. Mejor dicho, de saber elegir, para que nuestra cooperación empuje a la nacionalidad hacia las altas etapas que le reserva el destino, barriendo en su marcha los resabios de cuanto se oponga a la felicidad del pueblo y al bienestar de la Nación ".

Agregó que " el voto que hemos conquistado es una herramienta nueva en nuestras manos. Pero nuestras manos no son nuevas en las luchas, en el trabajo y en el milagro repetido de la creación ", y que las mujeres tienen " una alta misión que cumplir en los años que se avecinan. Luchar por la paz. Pero la lucha por la paz es también una guerra. Una guerra declarada y sin cuartel contra los privilegios de los parásitos que pretenden volver a negociar nuestro patrimonio de argentinos. Una guerra sin cuartel contra los que avergonzaron, en un pasado próximo, nuestra condición nacional. Una guerra sin cuartel contra los que quieren volver a lanzar sobre nuestro pueblo la injusticia y la sujeción. En esta batalla por el porvenir, dentro de la dignidad y la justicia, la patria nos señala un lugar que llenaremos con honor. Con honor y con conciencia. Con dignidad y altivez. Con nuestro derecho al trabajo y nuestro derecho cívico ".

Correlativamente con los derechos nacen los deberes, ha dicho el Presidente Perón, pues " cada mujer debe pensar que sus obligaciones han aumentado, porque el Estado, al otorgar derechos, tiene paralelamente la necesidad de exigir que toda madre sea una maestra para sus hijos, que en su casa construya un altar de virtud y de respeto, que intervenga en la vida pública defendiendo esa célula de la sociedad que es, precisamente, el hogar, que ha de ser sagrado. Cada mujer debe saber que, mientras el hombre gasta sus energías para alimentar el hogar, ella ha de construir el alma que infunde el respeto y la virtud, que es la suprema de las condiciones humanas. Cada una de las mujeres que intervendrá en la vida pública ha de representar un modelo de esfuerzos espirituales que complemente la acción de los hombres para que en esta bendita tierra argentina podamos construir una sociedad que se afirme en los cimientos de la virtud ".

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De Fernando Gabriel Varea, docente, egresado de la Universidad Nacional de Rosario como licenciado en Comunicación Social, productor periodístico, conductor de programas radiales, investigador de la cinematografía argentina, escritor, autor del libro El cine argentino en la Historia Argentina - ( 1958 - 1998 ), Ediciones del Arca, Rosario, 130 páginas, año 1999:

El 24 de marzo de 1976 fue derrocado el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, tomando el poder una Junta Militar formada por los comandantes generales de las Fuerzas Armadas, del Ejército, teniente general Jorge Rafael Videla, de la Armada, almirante Emilio Eduardo Massera, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Orlando Ramón Agosti.

Instaurado el autodenominado " Proceso de Reorganización Nacional " se disolvió el Parlamento, fueron removidos los miembros de la Corte Suprema de Justicia, quedó prohibida toda actividad gremial y política. Con el teniente general Videla, presidente de facto, comenzó a perseguirse encarnizadamente a guerrilleros tanto como a militantes políticos, dirigentes gremiales, opositores y sospechosos de serlo, mediante la violencia encubierta de allanamientos, detenciones, secuestros, torturas, muertes, desapariciones. La desapacible situación en la producción y en la industria, los conflictos laborales y aumentos tarifarios, los obstáculos superados para la importación y el agigantamiento del endeudamiento externo, procedían de las discutidas recetas liberales que comenzó a aplicar José Alfredo Martínez de Hoz desde el Ministerio de Economía. No faltaron las distintas formas de censura en las expresiones culturales, el periodismo, la educación.

Cinco meses antes se había estrenado una nueva película protagonizada por El soldado Chamamé ( Albino Rojas Martínez ), con dirección de Enrique Dawi y producción de Carlos Borcosque y Horacio Mentasti. Se había filmado en la Escuela de Mecánica de la Armada ( la tristemente célebre ESMA ), durante el invierno de 1975, y se llamaba Los chiflados dan el golpe.

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De la Enciclopedia Práctica Jackson, Tomo VIII, Jackson Editores, México, profusamente ilustrada, 438 páginas, año 1963:

Colaboradora esencial del presidente de la Nación fue su esposa Evita, mujer apasionada y de singular dinamismo. Una Fundación designada con su nombre ejerció la beneficencia con facultades discrecionales. La sentida muerte de Eva Perón, en julio de 1952, provocó grandes y sinceras manifestaciones de duelo.

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De Eleuterio Cardoso, delegado de la sección hojalatería del Frigorífico La Blanca, Avellaneda, Buenos Aires, dirigente sindical histórico que participó en la jornada del 17 de octubre de 1945:

El 17 de octubre se hizo para obtener la libertad de Perón. Por disposición nuestra, no por disposición de Perón o de Farrell. Porque entendimos que el entonces coronel Juan Domingo Perón era la persona necesaria para conducir la secretaría de Trabajo y Previsión.

Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, nos permitía organizarnos, nos respetó. En la fábrica no teníamos ningún tipo de respeto por parte de los patrones. Perón permitió la organización del sindicato. Se comenzaron a pagar un 25 % de las horas extras. Perón barrió con la brutalidad patronal de antes.

Nuestro gremio, la Federación de Sindicatos de Obreros Autónomos de la Industria de la Carne, cuya secretaría general ocupaba Cipriano Reyes, cumplió un papel fundamental en esos días. Al grito de " ¡ Viva el Coronel ! " recorrimos los establecimientos de Avellaneda. Cuando quisimos atravesar el puente para llegar a la Capital ya se había levantado. La reacción de la gente fue maravillosa, aplaudían, arrojaban flores. En ningún momento de la marcha tuvimos problemas con la policía. En la tarde llegamos a la Plaza de Mayo. Hacía mucho calor, y es cierto que a causa de ello la gente se refrescaba y mojaba sus piernas en las fuentes de la Plaza de Mayo. En la noche, cuando Perón habló desde los balcones de la Casa Rosada se apagaron las luces que alumbraban la Plaza de Mayo. Los trabajadores que poseían diarios les prendieron fuego y los transformaron en artorchas. Fue realmente un espectáculo emocionante e inolvidable.

Nota: Para conocer más sobre la Plaza de Mayo y sus fuentes clickear, por favor, aquí.

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De la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo - Americana, ( conocida como Enciclopedia Espasa - Calpe ), en el tomo o suplemento VII ( 1949 - 1952 ), editorial Espasa - Calpe S.A., profusamente ilustrada, 1550 páginas, Madrid, España, año 1953: Las tradicionales excelentes relaciones entre España y la Argentina fueron intensamente ratificadas con el viaje de la señora Doña María Eva Duarte de Perón, que llegó a Madrid el 8 de junio y fue ampliamente agasajada por el pueblo y las autoridades españolas.

Durante los quince días que permaneció en España, la ilustre dama, no perdió ocasión de manifestar el profundo amor que la Argentina sentía por el pueblo español, cruzándose entre los jefes de Estado de ambos países fraternales mensajes, que fueron retransmitidos por las emisoras de radio argentinas y españolas.

Jamás personaje alguno había recibido homenaje más ferviente y entusiasta por parte del Gobierno y pueblo español que el rendido a la señora Doña María Eva Duarte de Perón durante su visita a España. El Gobierno español le otorgó la Cruz de Isabel la Católica, y el pueblo español la obsequió con una riquísima colección de trajes femeninos regionales, victoreándola en cuanto aparecía su presencia. Desde que la ilustre dama pisó suelo español, el 8 de junio, hasta el 26 del propio mes, en que dió por terminada su visita a España, fue aclamada entusiastamente en cuantos actos se organizaron en su honor, viviendo durante esos días el pueblo español momentos imborrables de exaltada simpatía hacia el pueblo hermano.

Prosiguiendo su viaje en misión de paz y aliento a los pueblos de Europa, Evita se trasladó desde España a Roma donde igualmente se la recibió cariñosamente, dispensándole el Sumo Pontífice el honor de audiencia en la que el espíritu cristiano de la primera dama fue reconocido por la suprema autoridad de la iglesia. Durante su permanencia en Roma grupos comunistas trataron de contrarrestar el entusiasmo del pueblo italiano ante la presencia de tal ilustre viajera, que en íntima colaboración con el general Perón había impartido una sensata y serena justicia social sin abdicar de la moral cristiana ni renunciar a de su fe católica, y organizaron una manifestación de protesta ante la embajada argentina que los mismos italianos se encargaron de disolver sin necesidad de recurrir a la fuerza pública.

Imprescindiblemente, al historiar la política de Argentina durante el período 1945 - 1952 tiene que mencionarse entre las figuras más destacadas a Evita. Posiblemente jamás estadista tuvo una colaboradora más asidua y capaz que la que Perón encontró en su esposa. Pocos, por no decir ninguno, de los sufrimientos de las clases humildes dejaron de encontrar en ella la solución dentro de la posibilidad de sus medios.

Del entusiasmo que su presencia levantó en la clase trabajadora es prueba los dolorosos incidentes ocurridos en Tucumán, en noviembre de 1946, en ocasión de ir Evita a la mencionada ciudad a inaugurar un hospital. Incapaz la Policía de contener a la multitud que quería verla, irrumpió en el palacio de Gobierno y en el tumulto que se produjo hubo varios muertos y centenar de heridos. La historia política de Argentina no registra ningún hecho semejante en que el cariño del pueblo hacia sus gobernantes se manifestara con tanta vehemencia y pasión como lo hizo en esa ocasión.

El 26 de julio de 1952 la Nación Argentina sufrió la irreparable pérdida de su primera dama, fallecida a la de edad de 33 años, en el momento en que todas sus energías y anhelos estaban dedicados a la felicidad del pueblo argentino. Se hizo manifiesto que la extenuación que le habían causado tales desvelos habían contribuído grandemente a la decadencia de su salud. La muerte de Evita suscitó multitudinarias y solemnes manifestaciones de auténtico dolor, de los que no estuvieron ausente los países amigos, y mucho menos España, tras la visita personal de la esposa del presidente argentino, se le profesaba vivo afecto.

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De Alberto Bolaños y Teresa Inés Sáenz de Miera, empleados de la Fundación Eva Perón:

Evita hizo poca mención de su vida antes de conocer a Perón; pero es en sus obras, las de la Fundación, donde es posible reconocerla y confirmar que construyó la ayuda social en base a su experiencia propia de mujer de pueblo.

En 1956 se hizo un remate, a puertas cerradas, en el que intervinieron funcionarios del gobierno de facto y altas autoridades de la Marina, de los objetos del Hogar de la Empleada ( Avenida de Mayo 869, inaugurado el 30 de diciembre de 1948 ), que fue construído por la Fundación. Todos esos objetos eran en su mayoría presentes y regalos que había recibido Evita en Europa y que ella había decidido que fueran al Hogar, mantillas, sillas Luis XV, tapices, figuras de porcelana, jarrones, un piano de cola, etc.

En muchos institutos de la Fundación se organizaron remates, a puertas cerradas, para los funcionarios de la " Libertadora ". Aunque la orden era quemar las existencias de los depósitos porque ostentaban la leyenda " Fundación Eva Perón ", los autos de los incendiarios salían colmados de objetos hacia las respectivas casas de quienes conducían. A las enfermeras de la Fundación se las obligó a entregar los uniformes que eran quemados en su presencia en grandes hogueras, como las realizadas frente al Policlínico de Ezeiza. La vajilla de los Hogares Escuela fueron totalmente destruídos en todo el país, mismo destino recibió el mobiliario y la ropa de cama.

Algunos edificios tuvieron otra suerte, por ejemplo el que es hoy la sede de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires se había construído y terminado en 1955 para centralizar todas las oficinas administrativas de la Fundación.

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De María Hortensia " Lala " García Marín, dirigente política histórica:

Evita era una detallista.

Estando en la Secretaría, Evita atendía a una mujer que había ido a pedirle una vivienda. Era una mujer muy joven, con hijos y que no tenía marido. Luego de escucharla, Evita le facilitó una casita en Dock Sud y la infaltable máquina coser. Evita le preguntó si le faltaba algo. " Señora, me dio todo ", le contestó la mujer. Entonces Evita la hizo sentar en una silla y le dijo que pensara si le faltaba algo más, que luego la volvería a llamar.

La gran curiosidad me llevó a pedirle permiso para quedarme, yo estaba muy intrigada: ¿ qué más le iba a ofrecer Evita a esta mujer ?.

Pasó un buen rato, ella continuó atendiendo a otras personas, y entonces Evita me dijo: " Estás intrigada. ¿ No te diste cuenta que le falta algo ? ".

Entonces Evita la llamó a la joven mujer. La mujer expresó que no le faltaba nada. Evita respondió: " Te faltan los dientes, eres muy joven para estar sin dientes ". Y le dió la nota para tener la dentadura postiza.

Los dientes postizos, al igual que las máquinas de coser, han sido un hito en la Fundación. El descamisado era el sin vivienda, el hambriento, y casi siempre el desdentado. El pueblo trabajador no había tenido acceso a la atención odontológica, eso era un lujo.

Por eso Evita fue vista como un San Francisco, la que se pone del lado de los pobres y de los que sufren.

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De Sergio Pujol, escritor, ensayista, historiador, docente, articulista en revista Todo es Historia, número 368, director Dr. Félix Luna, Buenos Aires, Argentina, año 1998:

Una biografía de Fanny Navarro: el sueño pergeñado alguna vez por Manuel Puig, ahora hecho realidad por dos investigadores del cine argentino. El libro se titula Fanny Navarro - Un melodrama argentino, de César Maranghello y Andrés Insaurralde, ediciones del Jilguero, Buenos Aires, con fotografías, 384 páginas, año 1997.

Fanny Navarro ( 1920 - 1971 ), la actriz encumbrada durante el gobierno peronista, silenciada después del golpe del ´55 y devenida en tabú del panteón de las estrellas del cine argentino.

La vida de Fanny Navarro es, en términos de historia sociocultural, sintomática. Su infancia y adolescencia , modeladas por las típicas influencias que en los ´30 operaban sobre el imaginario femenino - el cine, la radio, las clases de baile, los recitados de poesía, los folletines sentimentales -, pueden ser leídas como representativas de una generación, de un momento de la sociedad argentina visto desde las marcas del género. Más tarde, el debut cinematográfico, los primeros pasos intuitivos, la belleza, la fotogenia y la gracia de una mujer que se hace ícono a través de la cámara despejarán el camino a la fama.

Sin pertenecer al grupo más alto de las divas argentinas, Fanny Navarro logra conquistar un lugar destacado en la constelación de estrellas. Desde su trabajo en Ambición ( 1939 ) hasta sus perfomances más reconocidas ( Morir en su ley ( 1949 ), Deshonra ( 1952 ), etc. ), la actriz da el tipo de mujer grácil, fresca - en una época de grandes acartonamientos -, sensual, que puede hacer personajes de " carácter " llegado el caso, pero que tiene cierta levedad elogiada por la crítica y el público.

No se trata de una actriz superior, como Mecha Ortiz o Luisa Vehil, pero se impone como figura de espectáculo con peso específico. Curiosamente, su estilo definitivamente profesional y sobrio en materia de relaciones humanas - más allá de algunos desplantes de diva, que sus colegas siempre le perdonarán - no evita que el cine ( ficción ) y la vida privada ( realidad ) abran sus fronteras para que todo se confunda: el típico efecto del star system.

El status público de la estrella se incrementó aún más cuando en 1950 la política golpee las puertas de su vida. Eva Perón la designará al frente del Ateneo Cultural que busca fomentar generosamente la ideología peronista entre las actrices. Una muy joven Fanny Navarro será desde entonces una presencia en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Protegida dilecta de Evita y amante de Juan Duarte, la heroína de cine transitará por los complicados vericuetos de la política y la pasión amorosa, ese otro escenario cuyas reglas no son exactamente iguales a las del cine.

Al lado de Evita y Juan Duarte, Fanny inscribirá su nombre en una de las corrientes del peronismo, sin llegar a tener nunca una buena relación con Juan Domingo Perón, y mucho menos con Raúl Alejandro Apold.

Después del ´55 sobrevendrá la falta de trabajo, la depresión y finalmente, el 18 de marzo de 1971, la muerte por infarto a los 50 años de edad.

El libro se puede leer como una historia del peronismo, contada oblicuamente desde Radiolandia y el cine dorado de un país industrialista que sueña con la grandeza. Tal vez algo desproporcionado en su extensión y con valiosa información, el libro da la sensación de ser un esfuerzo grande. En un momento en que la bibliografía argentina insiste sobre las figuras de siempre, el libro de Maranghello e Insaurralde tiene el mérito y la valentía de trabajar esas zonas poco conocidas del pasado argentino.

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De Pablo Armando Berdou, escritor, autor del libro Motivos de mi ciudad - La calle Córdoba, Editorial Las Provincias S.A., Sarmiento 1053, Rosario, 24 páginas, año 1950:

Impetuosa, majestuosa y señorial, se yergue en el centro estratégico de la ciudad donde abrí los ojos, la calle Córdoba, esa calle que albergó las ilusiones y desvelos de tantas generaciones de rosarinos, como asimismo de cuanto importante visitante ha puesto los pies en la urbe que se recuesta ampulosa al margen de la corriente del río Paraná.

Orientada de Este a Oeste, esto es, naciendo a orillas de las rumorosas y sedantes oleadas, impulsadas por la eterna fuerza que remonta el río hacia su cauce, aguas abajo en demanda de albergue a su caudal, y enfilando directamente hacia el infinito de la pampa, es la calle Córdoba en su perímetro céntrico el rendez - vous de la gente de buen gusto y es por eso que se ha concentrado en ella lo más distinguido y lujoso en exhibiciones, empezando por las siluetas y elegancia femeninas por supuesto.

Hecha de historia, la verdadera razón de la existencia de las cosas y los pueblos.

La calle Laprida ( antes Comercio ), cruza con dignidad y parece expresar con su " Bola de Nieve " en su extremo Sur - Este el saludo clásico de la grata entrevista. Cien metros al Oeste cruza la arteria privilegiada, la calle Maipú ( antes Aduana ), como dato ilustrativo debe consignarse que en el extremo noroeste existió la Confitería " La Perla ", que fue por largo tiempo lugar de cita de familias y muy cotizado su comercio en el ramo.

La principal arteria que cruza Córdoba es San Martín ( antes calle Puerto ), creando ambiente reparador a las tertulias y tornando propicio el descanso, digno premio a las energías gastadas en la jornada.

Como centro de reunión, ocupando el rango de características superiores, existió durante largos años con vistas a permanecer perenne en esa esquina el " Bar Cifré ". Designábasele también con el nombre de " Bar Victoria ", siendo éste su verdadero, pues aquél más bien era el familiar por cuanto significaba designarlo con el de su dueño, que era don Ramón Cifré.

Cuántos recuerdos deben albergar nuestros abuelos y las inolvidables tenidas en sus magníficos salones en aquellos apacibles tiempos. Media cuadra hacia el Este, se encontraba " Los Gobelinos ". Y en el lugar que ocupaba la casa " Sorocabana " nació el Dr. Rodolfo Rivarola, hijo de Rosario y de preponderante actuación nacional e internacional.

En la esquina de Buenos Aires formando una cruz con la Iglesia Catedral, en el lugar que ocupa Correos y Telecomunicaciones, se hallaba ubicada la Jefatura de Policía.

La calle Sarmiento ( antes Libertad ), ostentó como baluarte la Tienda " La Favorita ". Media cuadra hacia el Norte el Diario " La Capital ", el decano de la prensa nacional, quien por esta sola causa debe ser motivo de loa y acreedor al prestigio que el mismo implica.

A Córdoba la cruza la calle Mitre ( antes Progreso ), en su esquina Noreste donde se hallaba el " Café Córdoba " existió la fuerte casa comercial de Don Santiago Pinasco, siendo conocido por cuanto habitante había el clásico letrero en letras de bronce en relieve en el frontal de la puerta enunciando ese nombre vastamente conocido. Don Santiago Pinasco fue Intendente Municipal y por cierto su actuación fue ejemplar.

En la esquina que ocupaba la Confitería " La Perfección " existió el Almacén " La Luna ", de los señores Castagnino. Como expendio de mercaderías y despacho de bebidas anexo era solicitado expresamente, la calidad sobresalía en todos sus renglones, no en vano era un almacén en plena calle Córdoba.

Cincuenta metros al Sur se hallaba la casa que habitaba el Dr. Lisandro de la Torre, que pudo ser todo en la cosa pública a más de fiscal de la Patria.

A 250 metros al Norte, sobre la misma calle Mitre el " Teatro Olimpo ". Sólo al nombrarlo acuden a la mente los recuerdos más gratos del pasado artístico de la ciudad. Baste decir que en su escenario actuaron artistas de la talla de Sarah Bernhardt, Eleonora Duse, María Barrientos y cuanto artista destacado de fines del siglo XIX y del XX pisara esta ciudad. De su escenario se despidió del teatro y de la vida el primer actor Pablo Podestá, pues su última actuación fue en el mismo teatro. Fuente de recuerdos y de glorias teatrales su demolición constituye un borrón para Rosario.

Sigue Córdoba y atraviesa Entre Ríos, Corrientes, con el imponente Palacio de la Bolsa de Comercio, Paraguay, Presidente Roca ( antes Independencia ), España ( antes Buen Orden ), en dicha esquina , en el mismo sitio, con las mismas características, salvo las refacciones, en el lugar que ocupa el Obispado, residía la familia de don Emilio Manin. La calle Italia ( antes Uruguay ), albergó por sus inmediaciones el corralón municipal. Dorrego y Moreno a una cuadra y media al Sur de Córdoba estaba el local del Escuadrón de Seguridad y en los altos habitaba don Pablo Vierci, quizá en su carácter de funcionario de la repartición. La cruza Balcarce y llegamos a Boulevard Oroño ( antes Boulevard Argentino ).

En el histórico Boulevard se construyeron los mejores edificios y su vecindad al río, prolegómenos de puerto da a entender que allí fueron los primeros síntomas de vida activa de gran paseo.

La daba carácter histórico la gran plantación de pinos que a lo largo de su recorrido lo bordeaba en ambas aceras, y no sabemos por qué motivo fortuito un día una disposición mandó arrancar y talar todos los hermosos arbustos que le daban personalidad, actuando en forma despiadada con estos ejemplares, cuyo émulo el pino de San Lorenzo es mudo testigo de la inconsulta medida. No obstante, hubo un hombre que derramó lágrimas por este atentado, fue el concejal Sívori que en el Concejo Deliberante se opuso a que se realizara la obra devastadora.

El Palacio Pinasco levantado en esa esquina hacia el Noroeste fue habilitado por Don Santiago Pinasco y su respectiva familia, en él se efectuó la recepción al príncipe Humberto de Saboya cuando visitó Rosario. El presidente José Figueroa Alcorta fue huésped varios días de Rosario y se alojó allí. Era, pues, sede cordial de distinguidos visitantes.

Asímismo la calle Córdoba acogió en su seno, en la mansión de Doña Adela Echesortu de Casas al presidente surgido de la revolución de 1943, el general Pedro Pablo Ramírez, en ocasión de su cordial visita a Rosario.

El presidente Roque Sáenz Pena paseó su estampa de estadista por la calle Córdoba, su alojamiento fue en los altos del Banco de la Nación, en plena calle Córdoba, y es de hacer notar que el mismo edificio brindó alojamiento al Dr. Marcelo Torcuato de Alvear y a su esposa, la cantante de ópera Doña Regina Paccini, en ocasión de su visita invistiendo el cargo de primer magistrado.

No debemos pasar por alto que el presidente de la Nación general Juan Domingo Perón desfiló por la calle Córdoba con su séquito dilecto, los trabajadores.

Estos episodios son un reflejo de la atracción y la gravitación que tiene esta calle en la vida cotidiana, que es un trajín incesante y constituye el nervio motriz que impulsa a la acción colectiva.

Al transitar por calle Córdoba el transeúnte es absorbido por el mismo espíritu con que suelen atraer las flores al aspirar su perfume; entrevistas cordiales, escaparates suntuosos, lujosos locales con los más variados objetos a la venta, todo atrae y hace leve y fácil el paseo.

En la esquina Noroeste de Córdoba y Boulevard Oroño se levanta como centinela alerta de la entrada en su punto típicamente céntrico, el magnífico edificio de " La Comercial de Rosario "; jalonando la misma calle y bordeando el cielo, se levanta el de la " Unión Gremial ", sigue la serie el magnífico Palacio Minetti, luego el antiguo edificio de " La Internacional " frente al Palacio de la Bolsa de Comercio.

San Martín y Córdoba ostenta edificios suntuosos; Maipú el Jockey Club; Laprida La Bola de Nieve; Correos y Telecomunicaciones ostenta un palacio que pudo tener amplias proyecciones hasta parecerse al Palacio Salvo de Montevideo, por sus cuatro torres, las que fueron demolidas para dar paso al sistema de tejas, estilo común en París.

La Plaza de Mayo con su histórica estatua que conocemos desde niños; la Municipalidad y la Basílica Catedral Nuestra Señora del Rosario cierran el ciclo de la gran vía rosarina y como telón de fondo sobre la margen del gran río Paraná, el Monumento Nacional a la Bandera, llamado a fijar rumbos al destino de la gran ciudad.

En calle Córdoba todo se hace sutil y distinguido, inolvidables nombres de casas y establecimientos fantásticos y sugestivos: " Palace Hotel ", " Confitería Richmond ", " Notre Dame ", " Perfumería Renard ", " La Casa de Arte ", " Pandora ", " Royal ", " Etam ", " Delás ", " Casa Tía ", " Los Ingleses ", " Casa Tow ", " Bonafide ", " La Esmeralda ", " Le Midí ", " El Trust Joyero ", " Guglielmo ", " Roland ", " El Chic ", " Renom ", " Juven´s "... y cientos de negocios han brindado su trato exquisito y han dado como resultado la creación de ese templo de la elegancia que es y sigue siendo la calle Córdoba.

Capítulo aparte merece Doña María Eva Duarte de Perón y su obra en pro de la justicia social, quien también cruzó entre las ovaciones del público la calle Córdoba.

Nota: clickear, por favor, aquí, para ver imágenes:

Está vivo aún el recuerdo de Evita y de sus palabras pronunciadas en su discurso a su paso por Rosario, en que manifestó francamente que venía de las filas del pueblo. Hemos visto que se puede escalar las alturas y no hacer mellas en el alma aún confesando un origen humilde; así remontando los cielos acudió a Europa, visitando España, Italia, Ciudad del Vaticano, Francia, Portugal y Suiza en gira de misionera y regresó inmutable con el mismo propósito de reivindicación de los humildes, para los cuales buscando sin duda elevación, su sueño debió ser verlos levantarse y marchar con paso firme como es dable ver circular por calle Córdoba, una arteria donde a nadie se le niega el tránsito.

Nota: es también muy digno destacar la presencia en calle Córdoba, en los salones del Palacio de la Bolsa de Comercio, de Sus Majestades los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, durante su visita oficial a la ciudad de Rosario.

Para ver imágenes, clickear, por favor, aquí.

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De Lilia Ana Bertoni y Luis Alberto Romero, profesores de Historia y escritores, autores del libro Los tiempos de Perón, editorial Gramón - Colihue, Buenos Aires, con ilustraciones, 64 páginas, año 1994:

La medidas que adoptó el gobierno de 1943 ( presidente de facto general Pedro Pablo Ramírez ) eran antipopulares y antipáticas. Ni siquiera la oligarquía tenía confianza en ellas. Los golpistas se dieron cuenta de que tenían que buscar cuanto antes algún apoyo en la población: las armas solas no alcanzaban para mantenerse en el poder.

Es ahí cuando entra en escena el coronel Juan Domingo Perón, uno de los jefes del GOU ( Grupo de Oficiales Unidos ) y sin dudas el más imaginativo y el más audaz.

En el gobierno del general Ramírez ocupaba el coronel Perón el cargo de secretario de Trabajo y Previsión, un puesto al que hasta ese momento nadie le había dado demasiada importancia. Desde la Secretaría ganó la confianza y el apoyo de los dirigentes sindicales. Y no era un apoyo nada despreciable. Se abrían nuevas fábricas y crecía el número de obreros, los sindicalistas se habían ido convirtiendo en un grupo con bastante poder dentro de la sociedad.

El coronel Perón se preocupó por satisfacer muchas de las viejas demandas obreras: aumentos de salarios, vacaciones pagas, aguinaldo y la seguridad de que, si hacían huelgas, no los iban a correr con la policía.

Enseguida quedó claro que el respaldo de los sindicalistas no era para el gobierno sino para el coronel Juan Domingo Perón, que cada día tenía más influencia en la Casa Rosada, tanta que llegó a ser el vicepresidente del general Edelmiro Julián Farrell, el sucesor del general Pedro Pablo Ramírez.

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De Susana Torrado, socióloga, historiadora, demógrafa, docente, investigadora del CONICET ( Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas ), escritora, autora del libro Estructura social de la Argentina - ( 1945 - 1983 ), Ediciones de la Flor S.R.L., Buenos Aires, 556 páginas, año 2002:

Como consecuencia de la gran crisis mundial de 1930, la Argentina debe abandonar el modelo agroexportador que, hegemonizado por los grandes propietarios terratenientes de la pampa húmeda, había presidido su desenvolvimiento desde fines del siglo XIX. Se inicia entonces un proceso de desarrollo basado en la industrialización sustitutiva de importaciones que habría de perdurar casi 50 años, aunque con sensibles diferencias en las estrategias predominantes en cada momento histórico.

El período 1930 - 1945 estuvo signado por el estancamiento de la actividad agropecuaria tradicional y por el estímulo a la actividad industrial, verificándose concomitantemente una moderada implantación de capital extranjero mediante la inversión directa en actividades industriales que funcionaban en condiciones oligopólicas. Sin embargo, hacia 1945, predominaban en la estructura industrial las empresas pequeñas y medianas de capital nacional. En el plano político, varias estrategias alternativas de industrialización se disputaban la hegemonía a comienzos de la década de 1940.

En estas circunstancias, en 1945, hace su aparición el movimiento que lidera el coronel Juan Domingo Perón como expresión de una nueva alianza de clases: la de la clase obrera y los pequeños y medianos empresarios industriales. El nuevo bloque, apoyado en una línea nacionalista de las Fuerzas Armadas, es portador de un proyecto del desarrollo industrial radicalmente distinto al propugnado hasta ese momento por las diversas fracciones de la antigua clase dominante.

En esta estrategia - de corte " distribucionista " -, la industria constituye el objetivo principal del proceso de desarrollo. Se impulsa una industrialización sustitutiva basada en el incremento de la demanda de bienes de consumo masivo en el mercado interno, la cual es generada a través del aumento del salario real. El modelo requiere así medidas redistributivas del ingreso que impulsan la demanda interna y la ocupación industrial y, por lo tanto, la acumulación.

El principal mecanismo para lograr estos objetivos fue la resignación de recursos para la producción a través de la acción del Estado. Ello se logró mediante la expropiación parcial de la renta agraria a través de la nacionalización del comercio exterior de productos agropecuarios, transfiriendo los recursos así obtenidos al financiamiento del desarrollo industrial centrado en industrias de consumo masivo ( alimentos y textiles ). Las medidas que impulsaron la industrialización ( tales como la protección arancelaria, el privilegio fiscal, el crédito subsidiado, el estímulo a la importación de bienes de capital, el manejo selectivo del control de cambios, etc. ) beneficiaron sobre todo a los pequeños y medianos empresarios de origen nacional y, paralelamente, a los asalariados industriales.

Por otra parte, el Estado también extiende su campo de acción económica y social al nacionalizar o crear importantes empresas de servicios públicos, y al acentuar su estrategia redistributiva a través de la asignación creciente de recursos a la educación, la salud, la vivienda y la seguridad social.

Una serie de restricciones estructurales y coyunturales en las variables que sostenían la acumulación interna se conjugaron para interrumpir el crecimiento industrial impulsado durante el período justicialista. Entre ellas pueden citarse: a) la acérrima oposición del sector agroexportador que, al disminuir la producción exportable, favoreció una crisis en la balanza de pagos que redujo la capacidad de importación de los bienes intermedios y de capital indispensable para continuar y profundizar la industrialización sustitutiva; b) la no menos virulenta oposición de los grandes empresarios que retrotrajeron la inversión y trataron de recuperar ingresos a través del aumento de precios, con la consiguiente inflación; c) el fracaso en la tentativa de obtener capitales externos que - aceptando la estrategia " distribucionista " - permitieran superar el estrangulamiento externo de la economía. He ahí las principales fuerzas que se conjugaron para derrocar al gobierno justicialista, en 1955.

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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